Ethan Montgomery
A medida que los días transcurrían desde la revelación sobre la muerte de mi padre, la casa de mi madre se llenó de una extraña mezcla de alivio y tensión. Había pasado tanto tiempo lidiando con el caos de nuestra vida familiar que, ahora que finalmente teníamos respuestas, no podía evitar sentirme desorientado. La luz del sol entraba por las ventanas, pero aún así había sombras que se cernían sobre mí.
Una tarde, decidí que era hora de ayudar a mi hermano Liam con su tarea de criminología. Había algo reconfortante en eso, una forma de conectar con él y, al mismo tiempo, de alejarme de mis propios pensamientos oscuros. Lo encontré en el salón, rodeado de libros y apuntes, su mirada centrada y concentrada.
-Hey, ¿te gustaría que revisáramos esto juntos? -le ofrecí, intentando sonreír mientras me sentaba a su lado.
Liam levantó la vista, una expresión de gratitud iluminando su rostro.
-Claro, me vendría bien un poco de ayuda. -Se rascó la cabeza, un gesto nervioso que solía hacer cuando estaba estresado-. No sé si estoy entendiendo bien la teoría sobre el perfilado criminal.
Mientras comenzábamos a revisar sus notas, no pude evitar sentir una conexión más fuerte con él. Era como si, a través de la criminología, pudiéramos abordar nuestros propios demonios. La conversación fluyó, y me encontré explicándole conceptos y técnicas, pero más que eso, hablábamos de cómo la comprensión de la mente humana podía ayudar a sanar.
-Es curioso -dijo Liam, su voz llena de reflexión-. La criminología trata sobre entender a los demás, pero a veces siento que no entiendo ni siquiera a nuestra propia familia.
Su comentario resonó en mí, y mi corazón se encogió un poco. Había estado tan concentrado en mis propios sentimientos que me olvidé de lo mucho que Liam había lidiado también.
-Entender a nuestra familia ha sido complicado. -Me detuve un momento, buscando las palabras adecuadas-. Pero creo que lo importante es que estamos aquí el uno para el otro. Siempre hay esperanza en el entendimiento, ya sea de los criminales o de nosotros mismos.
Liam asintió, su expresión más relajada. Estuvimos ahí, hablando y riendo, la tensión que había invadido mi mente comenzando a desvanecerse. A medida que revisábamos más conceptos, sentí que cada pregunta que respondía no solo le ayudaba a él, sino que también me ofrecía una claridad que había estado buscando.
El tiempo pasó volando. Me perdí en las explicaciones sobre el comportamiento criminal, pero, en el fondo, sabía que estaba ayudando a Liam a encontrar su camino. Había algo terapéutico en eso, y me di cuenta de que, al apoyar a mi hermano, también estaba sanando mis propias heridas.
-Gracias, Ethan. En serio. -Liam se recostó en su silla, una sonrisa genuina en su rostro-. Esto me ha ayudado mucho más de lo que pensaba.
Lo miré y, por un momento, sentí una oleada de orgullo. Había estado tan atrapado en mi propio dolor que a veces olvidaba lo importante que era ser un hermano. Sabía que, aunque el pasado aún nos pesaba, teníamos la oportunidad de crear nuevos recuerdos, de redefinir lo que significaba ser una familia.
-Siempre estaré aquí para ti, Liam. Lo prometo. -Le di una palmadita en la espalda, sintiendo que esas palabras eran más que una simple promesa; eran un compromiso.
Mientras el día se desvanecía y el cielo se oscurecía, me senté con él un poco más, recordando que la vida era un camino lleno de giros y vueltas, pero no tenía por qué recorrerlo solo. Juntos, podríamos enfrentar lo que viniera.
Era un nuevo comienzo, no solo para mí, sino para toda nuestra familia. Y, aunque no sabía exactamente qué nos deparaba el futuro, me sentía listo para afrontarlo, siempre con mi hermano y Spencer a mi lado.
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𝑪𝒐́𝒅𝒊𝒈𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏 || 𝑴.𝑪
FanficEl Dr. Spencer Reid se encuentra en un punto bajo de su vida, lidiando con las secuelas de las experiencias traumáticas que ha acumulado a lo largo de su carrera en el BAU. En medio de su lucha interna, se cruza con un nuevo agente del equipo, Ethan...