Entrelazados (Eddie x Venom)

O quizás no

Exterior de la cafetería TaterTots, 10:30 h

Eddie salió de la cafetería para atender la llamada. Le sabía mal dejar colgada a Anne, pero no se había imaginado que sería tan difícil mantener la sonrisa delante de su amiga.

Descolgó el teléfono y antes de que pudiera preguntar quién era le habló una mujer:

— ¿Eddie? ¿Eddie Brock?

— Sí, soy yo, ¿quién pregunta?

— Gracias a Dios que los federales tenían registrado tu teléfono en nuestra base de datos... Soy la doctora Payne y tengo algo muy importante que decirte.

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Anne se estaba terminando el café mientras observaba a Eddie plantado en la calle.

Empezó a pensar en toda la situación, ella tampoco podía creer que Venom se hubiera ido, es cierto que le había dado muchos dolores de cabeza a Eddie, pero (aunque le cueste admitirlo) nunca había visto a Eddie complementarse tan bien con nadie. Le veía feliz y sus peleas se sentían más propias de un matrimonio que de dos individuos que se odian.

De golpe vio que Eddie miraba a todas partes, inquieto. Ahora le estaba... ¿gritando al teléfono?, y había empezado a caminar en círculos. Eso solo lo hacía cuando estaba muy nervioso.

Justo cuando la chica decidió levantarse para ir a preguntar qué estaba pasando, Eddie colgó la llamada, miró directamente a Anne y con las señas más desastrosas que había visto nunca le indicó que tenía que irse YA.

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— ¿La doctora Payne? —A Eddie le recorrió un escalofrío de la cabeza a la punta de los pies.

— Siento esta llamada tan repentina, pero necesitaba hablar contigo, mejor dicho, necesito que nos veamos.

— Señora, sabe tan bien como yo que el simbionte que portaba está ... muerto — dijo con un nudo en la garganta— Así que no tengo nada que ver con sus pruebas, laboratorios o experimentos. No vuelva a llamar, por favor.

Justo cuando Eddie iba a colgar, escuchó alto y claro un nombre que le dejó petrificado.

— ¡Espera! ¡Tengo a Venom! Ese es su nombre, ¿verdad?

— ¿Q-qué acaba de decir? — Eddie palideció de inmediato.

— Quedemos en mi actual laboratorio en el 245 de Sullivan Street.

— ESPERO QUE NO ME ESTÉ MINTIENDO, SI LLEGO Y ES UNA TRAMPA MÁS LE VALE TENER UN PLAN B.

Eddie colgó el teléfono con las manos temblorosas e intentó ordenar sus ideas rápidamente. Lo primero era avisar a Anne, hizo gestos con los brazos para indicarle que se iba tan bien como pudo. Acto seguido fue directo hacia su moto y puso rumbo a la dirección que le acababan de dar.

— Debería pensar en algo por si quieren investigarme o emparejarme con otro simbionte.
Eso es lo que le gustaría pensar a Eddie, pero en su cabeza solo resonaba una palabra: VENOM.