Simbiosis

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Apartamento de Eddie, 14:00 h

Era un día soleado y tranquilo, en días como este, Eddie seguramente se habría pasado trabajando todo el tiempo o tumbado en el sofá esperando que Anne y Dan le propusieran salir a algún lado (eso si Venom no lo obligaba a bajar a por chocolate, comer cabezas o saltar por los edificios).

Pero ese día no le despertaron los gritos de los vecinos, ni los pitidos de los coches. Se escuchaba una melodía suave por todo el apartamento, de hecho, no solo era una canción... alguien estaba cantando.

Eddie abrió los ojos inmediatamente y miró el reloj.

— ¿Las 14:00 h? MIERDA, NO PUEDO DEJAR TANTO TIEMPO SIN VIGILANCIA A VENOM. 

El hombre miró al otro lado y no encontró al simbionte. Nervioso, se levantó de la cama y empezó a buscar por toda la habitación, entonces cayó en la cuenta de que lo había despertado la voz de alguien canturreando. Primero tenía que comprobar que el "cantante" no era algún loco de NY o algún investigador en busca de su alienígena. Cogió la escoba y con pasos torpes y lentos fue caminando por el pasillo siguiendo la melodía.

«... It's so sweet, knowing that you love me though we don't need to say it to each other, sweet ...»

De golpe se escuchó la escoba rebotando contra el suelo. Eddie tenía los ojos como platos, allí, como si no hubiera pasado nada, estaba Venom sentado en el sillón cantando Sweet  de Cigarettes after sex, una de sus canciones romanticonas.

El hombre se quedó unos segundos de pie apoyando la mano en el marco de la puerta en un intento de comprobar que no era un sueño.

— V- venom — dijo con la voz temblorosa.

Hola, Eddie —dijo el simbionte con su gran sonrisa.

El hombre salió corriendo hacia los brazos del simbionte y se fundieron en un abrazo que deseba(n) que no terminase. Eddie cada vez le agarraba con más fuerza para que no se apartase y que no viese sus ojos húmedos. Venom, por su parte, no tenía intención de soltarlo y con una mano le empezó a acariciar la cabeza.

 Oye, no me digas que te has vuelto un debilucho el tiempo que has estado sin mí. Parece que has vuelto a tus hábitos de perdedor, pero no te preocupes, yo puedo hacer que seas interesante otra vez. —Dijo el simbionte intentando que su humano le replicara con algún insulto.

— Voy a pasar ese comentario porque este es un momento bonito, parásito —dijo Eddie mientras se apartaba del alienígena. —Por cierto... ¿QUÉ HA PASADO? ¿Ayer no eras más que un moco negro y ahora estás aquí?

Primero, no me llames "moco" nunca más. Segundo, los simbiontes no seguimos la lógica humana. He necesitado un tiempo para reunir la suficiente energía como para poder crecer hasta mi tamaño, cosa que me ha sido muy fácil gracias a todos tus cuidados. Aunque -

— E-espera, ¿recuerdas todo lo que hemos hecho juntos? —dijo Eddie con las mejillas sonrojadas.

No sé de qué me estás hablando, solo recuerdo que me proporcionaste alimento. Pero como iba diciendo, aunque tenga esta forma, todavía no estoy del todo recuperado y no puedo mantenerla mucho rato. Así que te necesitaré algunos días más. —dijo Venom con cara seria. El simbionte mentía, por supuesto, se acordaba de todo perfectamente. Pero ahora que había visto el cariño que su humano le tenía, quería jugar con él un poco más.

Eddie soltó un suspiro de alivio, tal vez tenía razón y en esa forma tan débil solo era capaz de guiarse por sus instintos más básicos sin razonar. Sea como sea, por fin había vuelto y no se le ocurría nada que le hiciera más feliz en ese momento.

— Claro, colega. Lo que necesites. 

Bien, dame la mano.

— ¿Cómo...?

Si hacemos simbiosis la recuperación irá más rápida, hasta ahora no he podido y en parte ese es el problema de que todavía no esté al 100%

— Adelante, mi cuerpo es tuyo.

A Venom le dio un vuelco el corazón y se quedó mirándolo fijamente a los ojos.

— Quiero decir... siempre lo ha sido, nunca me has preguntado para entrar, pero todo desde un punto de vista de huésped-recipiente, quiero decir, creo que no me estoy explicando bien...

Cállate ya —dijo Venom mientras juntaba su mano con la de Eddie y se iba introduciendo en su cuerpo.

El hombre notó de nuevo esa cálida sensación al entrar en contacto con el simbionte, le recorrió todo el cuerpo como una caricia y le hizo sentirse completo. No se parecía en nada a la agonía que había vivido las primeras veces que habían hecho ese proceso.

— Se siente cálido, ¿es porque sigues débil? Las otras veces hasta me molestaba o me daba un escalofrío desagradable.

El proceso puede cambiar según las emociones y la afinidad del huésped-anfitrión. Quizás algo ha cambiado, o es que yo ya me he acostumbrado a tu cuerpo de perdedor.





Entrelazados (Eddie x Venom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora