Entrelazados (Eddie x Venom)

Cita

Lunes. Apartamento de Eddie, 10:00 h

Después de una noche de reflexión, Venom decidió que lo mejor sería mostrar su cariño a Eddie a través de acciones, ya que las palabras no eran su fuerte.

Lo primero que haría sería levantarse pronto para prepararle el desayuno (intentaría que no fuera tan desastroso como la última vez). En el menú había huevos con bacon, tortitas con sirope de arce, un sandwich de jamón y queso, magdalenas de chocolate, croissants, dos cafés y dos tostadas con mermelada.

Tenía que admitir que quizás se había emocionado de más, y lo peor es que ahora tendría que explicarle por qué la nevera estaba vacía y había desayuno para 5 personas. Aunque no le dio tiempo a pensar una excusa porque Eddie apareció en el comedor frotándose los ojos.

— Buenos días... ¡¿p-pero se puede saber qué es esta cantidad de comida?!

Venom miró hacia el suelo avergonzado.

— Buenos días, Eddie. Quería hacerte el desayuno, pero no sabía qué te iba a apetecer.

— Eres un animal.

— Prefiero animal a parásito.

— ¿Cómo se supone que me voy a terminar todo esto? Y encima me has vaciado la nevera... simbionte estu-

Eddie vio como Venom entristecía la expresión y se iba encogiendo.

— ¿Sabes qué? Hoy me he levantado con muchísima hambre. Te lo agradezco. —dijo con una gran sonrisa.

Venom se acercó todo contento al humano para ofrecerle su mano y acompañarle a la mesa.

— Que aproveche.

— Gracias, aunque no te acabo de entender. Ayer por la noche apenas me dirigías la palabra y ahora me levanto con este lujoso desayuno. —dijo Eddie sonrojado por el gesto de su compañero. — He de decir que me fui a dormir un poco molesto.

— Quería tener un detalle contigo después de que me hayas estado cuidando tanto.

— ¿En serio? Pensaba que no lo ibas a valorar. Empiezo a pensar que estar separado de mí un tiempo te ha venido bien —dijo medio riendo mientras comía sus tortitas.

Venom le agarró la mano con un tentáculo, haciendo que se le cayera el tenedor al suelo.

— ¿Venom? Intento comer.

— No vuelvas a decir eso nunca más.

— ¿El qué?

— Estar sin ti ha sido una de las peores cosas que he vivido nunca.

Eddie se quedó paralizado.

— V-venga hombre, estaba bromeando. Disfrutemos del desayuno, ¿sí? —dijo mientras acariciaba el tentáculo de su amigo con la mano libre.

— Hmm...

Después de un momento incómodo, Eddie rompió el silencio.

— Por cierto, esta semana tengo bastante trabajo atrasado, así que no sé si voy a poder pasar mucho tiempo contigo. Te prometo que sacaré ratos para estar juntos.

Venom gruñó de forma amenazante.

— Eddie, no me gusta que trabajes.

— Colega, a mí tampoco me gusta, pero tengo que pagar las facturas y tu chocolate. No creo que quieras empezar a servir hamburguesas.

— Seguro que lo haría de maravilla.

— Eso si primero no matas del susto a los clientes.

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