Dulce hogar

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Apartamento de Eddie, 12:30 h

Al llegar a casa, Eddie dejó tirado el casco de moto en la entrada, se sentó en el sofá y se hizo el silencio.

De golpe notó algo mojado bajando por sus mejillas. Había empezado a llorar, no se había dado cuenta, pero no podía parar. Habían sido demasiadas emociones, demasiada tristeza y soledad, demasiado amor  atrapado en su corazón.

Todavía con el pequeño trozo de simbionte dentro de su cazadora se abrazó a sí mismo y se tumbó, derrumbándose a cada segundo por algo que creía haber perdido. La pequeña masa negra se arrastró hasta el hombro de Eddie y sacando fuerzas le acarició la mejilla como pudo, al fin y al cabo podía sentir las emociones de su humano y le destrozaba verle así.

Pasado un rato, Eddie se serenó y se puso en marcha. No debía olvidarse de que Venom estaba extremadamente débil y no podía perder tiempo.

— Vale colega, operación recuperación del protector letal en marcha —dijo Eddie con cierta vergüenza, pues solo lo decía porque sabía que a su huésped le encantaban esas chorradas.

Dejó al simbionte encima de la mesa de la cocina y se puso a pensar. —La verdad es que no tengo ni idea de cómo se recuperan los simbiontes. —dijo mientras se sentaba en un taburete cercano y apoyaba la cabeza en su mano izquierda. 

—Siempre te veías tan... fuerte... tan capaz de todo. —Empezó a acariciar la pequeña masa que parecía ser Venom. —Ahora que lo pienso, nunca me he tenido que preocupar por ti de esta forma. Nunca te ponías enfermo ni te dolía nada, al contrario, siempre me has cuidado y curado cuando lo he necesitado... y yo... yo no tengo ni idea de cómo devolvértelo —Eddie acercó la cara al simbionte y por un momento vaciló, sentía el impulso de demostrar el cariño que sentía por su compañero. Se acercó un poco más y acabó besándolo suavemente.

Venom emitió un sonido, casi imperceptible, fue como un ronroneo. Al escucharlo, el humano se sobresaltó y se apartó rápidamente con las mejillas sonrosadas y el corazón acelerado. ¿Significaba esto que tenía consciencia? Eddie pensaba que hasta ahora se había movido por instintos y que todavía estaba muy débil para comprender la situación.

—B-bueno, no sabré cómo sanarte, pero sí que sé que esa asquerosa doctora no te habrá ni dado de comer, al menos no lo que te gusta. —Se acercó a la nevera y cogió una tableta de chocolate con almendras, la favorita del simbionte. —¿Y sabes qué? Puedo mejorar esto.

Eddie sacó una manta y apagó las luces del comedor, bajó las persianas y se sentó en el sofá con los restos de Venom en el regazo. —Sé lo que te gusta una buena película romántica mientras comes chocolate, ¿cuál ponemos? Creo que últimamente me estabas insistiendo para ver HER.

Era cierto, Venom llevaba tiempo bastante pesado diciendo que quería ver esa película con él. El hombre le propuso que fuera a verla con Anne, ya que él no era fan del género de romance (no sería la primera vez, les encantaba quedar para ver culebrones y acabar llorando mientras despotricaban de Eddie). Al humano le importaba más acabar el trabajo a tiempo o mirar alguna serie policiaca hasta quedarse dormido. Lo que él no sabía, es que el simbionte tenía especial interés en la película porque le recordaba a su relación con Eddie... Quizás estaba empezando a sentir un tipo de cariño especial por su "recipiente".

El hombre puso la película y arropó a Venom mientras procuraba que fuera comiendo el chocolate poco a poco. Aunque ahora mismo no podía distinguir una cara en esa masa, le bastaba con ver que el chocolate iba desapareciendo a medida que se hundía dentro del pegote negro.

(Hacia el final de la película)

Eddie estaba haciendo todo lo posible por aguantar las lágrimas, ya había llorado hacía un momento y no iba a dejar que su compañero lo viera tan vulnerable. Sabía que tan pronto como pudiera hablar le insultaría sobre lo blando que es. La película trataba sobre un hombre que se enamoraba de la IA de su teléfono, una relación imposible. Eddie podía identificarse en esa extraña pareja. Es cierto que los dos estaban unidos (literalmente) pero a veces sentía a su otra parte muy distante o pensaba que no tenía sentido que estuviera manteniendo amistad con un alienígena. Que nunca llegaría a nada. Que no podía dejar que se desarrollaran esos sentimientos de amor hacia su compañero o terminaría como el hombre de la película, destrozado y solo.

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Los siguientes días se mantuvieron tranquilos, Eddie pidió fiesta en el trabajo por "problemas familiares", y se dedicó a consentir todo lo que pudo a su compañero.

Los cuidados incluían: escuchar la playlist que Venom había creado en el Spotify de Eddie, salir a dar largos paseos por el parque; acercarse a la playa para que les diera el sol y sintieran la arena en los pies; comer chocolate y tater tots; caricias hasta que se quedaban dormidos, etc. Eddie se estaba esforzando mucho, pero estaba un poco desanimado, ya que había pasado una semana y es cierto que Venom se veía mucho más enérgico, pero el hombre echaba de menos poder hablar con el simbionte y ver su aterradora (pero adorable) cara.


Entrelazados (Eddie x Venom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora