Ella era diferente, inevitable, inefable
A veces tan tierna, tan cálida, tan niña
A veces tan fría, tan distante, tan mujer
Era ella, sencillamente ella
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º Los 100 Fanfiction
º Bellamy Blake x Oc Reader
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Kalea se había alejado del campamento, arrastrando los pies como si cada paso le costara una eternidad. Después de unos minutos caminando, encontró un tronco caído, sin pensarlo dos veces, se dejó caer sobre el, sintiendo el peso del agotamiento apoderarse de su cuerpo. Cerró los ojos por un momento, permitiendo que la oscuridad detrás de sus párpados se convirtiera en un refugio temporal.
El murmullo del viento entre los árboles era lo único que rompía el silencio, hasta que unos ruidos anunciaron a alguien acercarse. Kalea abrió los ojos de golpe, una sombra se dibujó entre los árboles y su instinto le gritó que se preparara para lo peor. Su cuerpo se tensó apenas reconoció al que se acercaba; Bellamy
A pesar de que sus rasgos estaban bañados por la tenue luz de la luna, no podía evitar sentir desconfianza. Su figura imponente avanzaba con cautela entre las sombras, como si fuera consciente del impacto que su llegada podría tener. Kalea se preparó para defenderse si era necesario. Sin embargo, había algo en su postura que le decía que no venía con intenciones hostiles. Aun así, el eco de todo lo sucedido resonaba fuerte en su interior.
Bellamy se detuvo a unos pasos de ella y levantó las manos en un gesto pacífico, Kalea lo miró fijamente, tratando de leer sus intenciones en sus ojos oscuros. El silencio entre ambos se tornó tenso
Después de lo que pareció una eternidad en esa atmósfera cargada, Bellamy rompió el silencio — Fuiste a pelar por comida pero aún así no tomaste nada —su tono era calmado. Aunque ella no alejó su instinto desconfiado y alerta
—¿Qué haces aquí? —preguntó con pesadez —Escucha, si quieres acabar con esto, hazlo, no sé por qué...
—No has comido, bebido o descansado desde ayer —continuó. La chica lo miró extrañada, ¿qué trataba de hacer?
—¿Y eso te interesa porque...?
—Solo era una observación
—Ya, claro. ¿Crees que puedes venir aquí fingiendo preocupación por lo que hago o no? —soltó incrédula poniéndose de pie —Fui allá y te detuve una vez más. Está claro que no te agradó mi interrupción
