Mariposas en el estomago

El Concierto y la Conexión

El concierto fue una experiencia mágica. Las luces brillaban y la música resonaba en mis venas. "Azul" se encontraba a mi lado, y juntos bailábamos al ritmo de nuestras canciones favoritas. Cada acorde parecía acercarnos un poco más, y me dejé llevar por la energía del momento.

A medida que avanzaba la noche, me di cuenta de que "Azul" no solo era atractivo, sino también divertido y auténtico. Su risa era contagiosa y sus gestos despreocupados me hacían sentir como si estuviera en una burbuja de felicidad. En un momento, mientras bailábamos, nuestras manos se rozaron y una chispa recorrió mi cuerpo.

"¿Te gustaría salir a tomar algo después del concierto?" le pregunté, sintiendo que el momento era perfecto para dar un paso más.

"Me encantaría. Hay una cafetería cerca que tiene un ambiente genial. ¿Te parece?" respondió él, su sonrisa iluminando mi mundo.

Estaba en las nubes. Después del concierto, caminamos juntos hacia la cafetería, compartiendo risas y anécdotas. La conversación fluyó naturalmente, y me olvidé de todas mis inseguridades. Hablamos de nuestras familias, nuestras pasiones y los sueños que teníamos. En un momento dado, le confesé lo que había sentido al verlo por primera vez.

"Al principio pensé que eras un chico feo", dije con una risa nerviosa. "Pero ahora, me doy cuenta de lo equivocado que estaba".

"Eso es bueno de escuchar", respondió "Azul" con una risa. "A veces, las primeras impresiones pueden ser engañosas".

A medida que la noche avanzaba, la conversación se volvió más íntima. Comenzamos a hablar sobre nuestras inseguridades, y me sentí cómoda al compartir mis miedos. "A veces siento que todos ven algo en mí que no me gusta", le dije, sintiendo una conexión más profunda. Él asintió con comprensión, y por primera vez, sentí que no estaba sola en mis luchas.