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Touya frunció el ceño, cruzando los brazos mientras miraba a Shoto con una expresión de reproche.

—Te dije que no bebieras —le reclamó, su voz cargada de molestia.

Shoto suspiró y trató de no hacer una mueca. Apenas llevaba quince minutos despierto y ya estaba escuchando las quejas de su hermano.

—No, me dijiste que no me metiera en problemas —contestó cansado, dejándose caer sobre las almohadas de su cama.

—¿No es lo mismo acaso? —Touya arqueó una ceja, exasperado.

Shoto rodó los ojos, hundiéndose en el colchón mientras miraba el techo, sintiéndose agotado y con un terrible dolor de cabeza. Apenas podía recordar cómo había terminado en esa situación. Recordaba la fiesta, cómo había tomado unos tragos, y luego... nada, solo una nube borroso. Lo último que recordaba con claridad era haberse quedado dormido en un sofá. Ahora se encontraba tirado en su cama, habiendo perdido casi todo el domingo durmiendo y con la cabeza palpitándole. Intentó cerrar los ojos, con la esperanza de que el dolor cediera, pero Touya volvió a hablar, rompiendo el breve silencio.

—¿En qué estabas pensando, Shoto? —Touya lo miraba con una mezcla de cansancio y decepción, aunque su tono ahora más calmado—. Te pedí que te cuidaras, que no te metieras en problemas, y mira cómo terminaste.

Shoto se frotó la frente y dejó escapar un suspiro.

—No exageres, Touya, solo me quedé dormido, no fue para tanto —dijo, intentando restarle importancia—. Además, tú te desapareciste con Takami y no te estoy diciendo nada.

Touya entrecerró los ojos, algo molesto por la respuesta.

—Yo al menos no terminé hecho todo un desastre, no me emborraché hasta perder los cinco sentidos. ¿Cuántos tragos tomaste, eh? Sabes que no toleras bien el alcohol.

Shoto soltó otro suspiro más profundo y cansado, sintiendo cómo la cabeza le latía aún más fuerte.

—Touya, de verdad, no hace falta que me lo recuerdes cada cinco minutos —murmuró, un poco molesto—. Ya estoy bastante mal, créeme.

Hubo un breve silencio en la habitación. Shoto pensó que, tal vez, su hermano había decidido dejarlo en paz, pero entonces escuchó la voz de Touya otra vez, esta vez en un tono más serio.

—¿Ah, no? —dijo, mirándolo fijamente—. Entonces te sorprenderá saber que, antes de irte de esa fiesta, besaste a tu maldito exnovio.

Shoto abrió los ojos de golpe y se incorporó en la cama, mirando a Touya, incrédulo.

—Eso es una tontería —dijo, negando con la cabeza—. Yo no hice eso.

Touya bufó, cruzando los brazos y mirando a su hermano con desaprobación.

—¿No? —repitió, en tono sarcástico—. Cuando fui a buscarte, estabas tirado en un sofá, completamente fuera de ti. Intenté despertarte, pero estabas tan borracho que apenas podías mantenerte en pie. Y antes de que pudiera llevarte al coche, te diste la vuelta y le diste un beso a Yoarashi.

Shoto lo miró, tratando de procesar lo que Touya acababa de decirle. Su mente estaba nublada y se sentía incapaz de recordar con claridad.

—Mientes... Seguro que no fue así —respondió, aunque se sentía inseguro.

—No estoy mintiendo, si no me crees, puedes preguntarles a tus amigos. Todos lo vieron, y créeme, se quedaron tan sorprendidos como yo.

Shoto rodó los ojos.

—De acuerdo, supongamos que sí lo hice... ¿y qué? —respondió, desafiante—. Solo fue un beso, no veo cuál es el problema.

Touya apretó los labios, claramente molesto.

Teacher [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora