CAPITULO 16

209 49 7
                                    







¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.











DOMINIQUE




Veía como acomodaban mi cabello detrás de mi espalda,como mi cara obtenía color por el rubor y el labial que me han puesto,como me ponen el vestido para la ocasión y como lo combinaban con algunas joyas para la ocasión.

Antoni decidió casarse con Rachel el día de hoy, como si un día antes no hubiera asesinado a su hermano.

No quería asistir y estar rodeada de puros criminales con mentes retorcidas, y que para obtener más poder, pidieran mi mano a Antoni. Pero lamentablemente tenía que asistir.

Estando lista,me escoltan al vehículo que espera por mi y nos dirigimos al lugar de la ceremonia. Al llegar, baje del vehículo, y pude observar a todos los socios de Antoni hablando y tomando por los alrededores del sitio. Siendo escoltada,me dirijo al interior de la fiesta.

No había rastro de Antoni ni de Rachel.

Un mesero me ofrece una copa que aceptó con gusto,necesitaba algo de alcohol en mi sistema para soportar esta "reunión". Miraba alrededor cuando siento una presencia a mi lado.

—No puedo creer que nuestro querido hermano se vaya a casar con esa mujer. Pero ya me ocupe de arruinarle su ceremonia a la chica.

Lo miro curiosa. Tenía una sonrisa divertida y malévola en el rostro.

—¿Que has hecho? —inquiero.

—Solo una pequeña advertencia —dice divertido quitándome la copa de la mano,para luego beber de su contenido.

—Mas te vale que no la hayas matado o lastimado, o si no Antoni descargara toda su ira en ti y no quiero que eso suceda. No quiero perder otro hermano.

—No te pongas sentimental, que me harás sentir mal —sarcásticamente lo dice— Además sigue viva... lastimosamente —susurra lo último.

—Alejandro —le advierto.

—Dominiqueee

Rio suavemente.

—Ah mira, hablando de los reyes de Roma o mejor dicho, los reyes de la mafia italiana. —señala la entrada.

Guiamos nuestra vista hacia la pareja. Rachel parecía estar ida, algo que puedo suponer que Alejandro tuvo algo que ver.

— ¿La has drogado? —Me preocupo al verle los ojos algo rojos y dilatados.

— Puede ser —se encogió de hombros.

Antes de que pueda recriminarle, una persona se hizo notar, posándose al lado de mi hermano, con una copa en una mano y la otra puesta en el hombro de este.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

UNA MASCHERANO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora