Madre

2 0 0
                                    


Tres, doce, quince

y pierdo la cuenta

y respiro

una, dos y seis veces

y quema la piel a su paso

me escupe el fuego de su boca.

Se ríe de mí

y me mira fijamente

mientras los brazos se me rompen

y los ojos se me quedan secos.

Estoy tan deshidratado por dentro

no me queda nada, madre.

Ahora nada me abraza

ni el viento

aquí no existe

y las velas solo me dan frío

y la oscuridad es tanta

que ni yo mismo me veo.

Se acabó mi voz

de tanto suplicar

de gritar

de pedir.

¿Qué hice mal, madre?

 

Ni el animal más solo de la calle

se sentiría como yo aquí

ni la lluvia más triste

se derrama como yo

todo está oscuro

no hay luz.

Y ella solo se encuentra ahí

como si pudiera salvarme

con solo dar un paso

y abrazarme con sus huesos.

Tengo tanta hambre

Y ella solo me mira

sin vida

aun así, vive más que yo.

Es amada más que yo, madre.

Hay tanto a su alrededor

y no merezco nada

soy solo un ladrillo más aquí

soy solo piedras, polvo.

Me duele respirar

deseo tanto la muerte ahora

me duele la piel.

Deseo que me lleves ahora mismo, madre.

 Me duele pensar

me duele no poder moverme

no estirar la mano

no correr

no reír

no comer

ni beber

por favor, madre.

Necesito la muerte para vivir.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Escritos del ayer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora