Sperm Donor ♔ [ES] ✓

treinta y uno

Jo

     Me quedé en mi puerta, viendo como Harry intentó bajarse del coche. Fue un triste espectáculo, para ser completamente honesta, y no era por lo general el tipo de persona que hace esto.

     Pero estaba enfadada. Estaba enfadada porque tuve que levantarme antes del amanecer para recoger el padre de mi hija de un club jodido. Estaba enfadada porque estaba borracho, tan fuera de sí, que ni siquiera podía encontrar la manera de abrir puerta la del coche. Estaba enfadada porque pensó siquiera en hacer eso.

      "Dios maldita sea, Harry." Me acerqué al coche y abrí la puerta para él, viendo como él soltó una risita como un niño.

     "Simplemente, zas." Él hizo la moción de abrirse con sus brazos, casi cayendo otra vez en el proceso ya que tuve que usar toda mi fuerza para mantenerlo en su lugar.

      "Muy bien, Harry, despierta." Me senté en el borde de su asiento, golpeando su cara un poco para ayudar a conseguir que se enfocara. "Voy a necesitar tu ayuda para conseguir que entres, por lo que quiero que envuelvas un brazo alrededor de mis hombros y te levantes a la cuenta de tres."

      "Nena, eso no es un problema." Antes de que pudiera ajustarme para ayudarle a salir del coche, envolvió un brazo y con fuerza alrededor de mis hombros y trató de ponerse de pie. "Puedo hacerlo todo por mi cuenta."

      "Cállate, Harry." Rápidamente le ayudé a entrar en la casa lo mejor que pude, aunque tardó casi veinte minutos para entrar y llegar al sofá de mi sala de estar. No iba a tratar de conseguir que subiera las escaleras hasta el dormitorio de invitados porque, ¿quién sabe cuánto tiempo va a tomar?

      "Necesitas dormir un poco, Harry. Te veré por la mañana" le dije, instándole a que se acostara y no se moviera durante tres horas.

      "Espera", se quejó, impidiéndome ir al piso de arriba.

      "¿Qué pasa?" Suspiré.

      "Nunca me dijiste el género ".

      Su pregunta me tomó por sorpresa. Ni siquiera creí que iba a molestarse en preguntar, y mucho menos en este estado. Pero allí estaba, sentado en mi sofá, haciéndome esta pregunta a pesar de que estaba claramente luchando con su somnolencia.

     Y no pude evitar sonreír.

      "Es una niña."