28 Pesadillas y explosiones

366 84 16
                                    

Stryker se frotó los ojos, todavía sacudido por el sueño. Su corazón se aceleró y su piel estaba empapada de sudor frío. Cogió su teléfono y llamó a seguridad.

"¿Todo bien?" preguntó, con la voz áspera.

"Sí, señor. Todo despejado", respondió el guardia.

"Bien", murmuró Stryker, aunque no lo calmó. El sueño parecía demasiado real. Todavía podía sentir el dolor, todavía podía escuchar la voz fría y burlona de Aron, y ver la sangre salpicada por todas partes. Sus extremidades habían sido cortadas, solo para volver a crecer, haciéndole revivir la agonía una y otra vez. Se sacudió el recuerdo. Por ahora, se acabó.

[Más tarde esa noche]

Stryker había aumentado la seguridad de su mansión: más cámaras y sensores de movimiento en puntos clave. Intentó dormir, pero el agotamiento de su cuerpo regenerándose lo llevó a un sueño inquieto.

Justo cuando cerró los ojos, comenzó de nuevo.

Una hoja afilada y helada cortó su carne.

Stryker se despertó con un grito. Sus brazos y piernas se habían ido, limpiamente cortados de nuevo. Su cama estaba empapada de sangre. Aron estaba al pie de él, su hoja de hielo goteaba roja.

"¡No... no! ¡Esto no es real!" Stryker jadeó, aterrorizado. Sus ojos anchos e inyectados en sangre miraban los tocones donde habían estado sus extremidades.

Aron sonrió fríamente, sin decir una palabra, viendo cómo las extremidades de Stryker se regeneran con una velocidad horrible. Tan pronto como se curaron, Aron se movió de nuevo.

Rebanada.

Stryker gritó más fuerte esta vez, su voz cruda.

"¿Todavía crees que es un sueño?" Aron susurró, su voz helada. "Te lo dije, haré de tu vida un infierno".

[Tres días después]

La pesadilla continuaba todas las noches. Cada vez que Stryker cerraba los ojos, Aron aparecía, cortándolo como si no fuera nada. El dolor era insoportable, la sangre interminable, el miedo lo consumía. Su cuerpo se curó, pero su mente no.

Dejó de comer. Dormir era imposible. Incluso durante el día, la línea entre la realidad y la pesadilla se difuminó. Su mansión que alguna vez fue segura se sentía como una jaula. Cada esquina parecía esconder a Aron. Cada sonido, cada destello de luz era una amenaza.

Pero ya no era solo de noche.

[El incidente de la ducha]

Stryker estaba de pie en el baño, con el vapor saliendo del agua caliente. Se paró debajo del cabezal de la ducha, tratando de despejar su mente.

Pero mientras se frotaba los ojos, sintió un fuerte aguijón.

Cuando miró hacia abajo, lo vio: un fino fragmento de hielo sobresaliendo de su pecho. Su corazón casi se detuvo. ¿Hielo? ¿En una ducha caliente?

Antes de que pudiera reaccionar, otro fragmento le perforó la pierna, luego otro a través de su hombro. Gritó, pero el agua lo ahogó. Él tropezó, el dolor agudo y real.

Pero luego, parpadeó, y el hielo se había ido. Las heridas desaparecieron, la sangre desapareció.

Se desplomó en el suelo del baño, respirando con dificultad. ¿Era real? ¿O solo su mente?

[El comedor]

Más tarde, se obligó a comer, su cuerpo débil por la falta de comida. Sentado solo en el gran comedor, Stryker apenas probó la sopa mientras comía.

Beyond Omega: Ecos del originalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora