El sol se asomaba lentamente en el horizonte, sus primeros rayos extendiéndose por la gran ciudad de Musutafu y tocando todo a su paso. Esa luz dorada atravesó las cortinas de un cuarto modesto y comenzó a iluminar suavemente el rostro de un joven de cabello verde y rizado, aún profundamente dormido.
Izuku Midoriya abrió los ojos lentamente, con el rostro marcado de sueño y los mechones de su cabello enredados en todas direcciones. Se sentó en la cama, parpadeando con pesadez mientras intentaba arrancarse las telarañas del sueño. Aún medio adormilado, estiró los brazos y soltó un enorme bostezo, tratando de ubicarse en el tiempo y el espacio.
Justo en ese momento, un zumbido repentino retumbó en su oído izquierdo, haciéndolo voltear bruscamente con una expresión de alerta, casi como si estuviera a punto de lanzar un golpe en defensa. Sin embargo, no había absolutamente nada ni nadie ahí.
Izuku: ¿Uh...? Qué raro... Bueno, solo debió ser mi imaginación. -{murmuró para sí mismo, rascándose la nuca mientras trataba de ignorar esa sensación extraña}-.
Dejó de darle importancia y se levantó de la cama. Al pasar por su escritorio, notó la hora en el reloj digital: era bastante temprano, incluso para él. Estiró sus brazos hacia el techo, con un suspiro de satisfacción mientras sus huesos crujían ligeramente. Luego, con pasos pesados, bajó las escaleras hacia la cocina, deseando algo que le ayudara a despejarse por completo.
Al llegar, notó una nota pegada en la puerta del refrigerador. Era de su madre, Inko Midoriya, quien había salido temprano al trabajo. Izuku se acercó, leyéndola con una pequeña sonrisa.
Nota de Inko: "Izuku, ¡que tengas un excelente día! Te dejé algo de desayuno en la nevera. ¡Suerte, y recuerda siempre sonreír! - Mamá :)"
Izuku: Otra nota... Mamá, siempre te preocupas tanto... -{susurró con cariño, recordando lo mucho que ella siempre hacía por él}-.
Abrió el refrigerador, encontrando un plato cubierto con film transparente. Al destaparlo, vio que había un par de onigiris, un huevo cocido, y unas rodajas de naranja, todo meticulosamente acomodado. Tomó el plato y se sentó a desayunar en silencio, aunque su mente aún rondaba en el examen de ingreso de la U.A. ¿Habría hecho lo suficiente? El esfuerzo había sido titánico, y aunque había ayudado a Ochaco, no estaba seguro de cuántos puntos había acumulado realmente.
Izuku: Es mejor no pensar tanto en eso... al menos hasta que llegue el resultado final. -{se dijo, llevándose un bocado de arroz a la boca}-.
Terminó de comer y dejó el plato en el fregadero. Se dirigió al baño y se dio una ducha rápida, dejando que el agua caliente lo ayudara a despertar por completo. Al salir, sintiéndose renovado y con energías, fue a su cuarto para vestirse, sin embargo, en cuanto se puso la camiseta, su celular empezó a vibrar en la mesita de noche. Se secó rápido las manos y miró la pantalla: era una llamada de Toshinori Yagi, más conocido como All Might.
Izuku tragó saliva, sorprendido y nervioso a la vez. No recibía llamadas de su mentor tan temprano y no tenía idea de qué esperar. Respiró hondo y, con manos temblorosas, contestó.
Izuku: [¿H-hola, Toshinori-san?]
Al otro lado de la línea, escuchó la voz inconfundible de su mentor, pero esta vez sonaba más relajada de lo habitual.
Toshinori: [¡Ah, jovencito Midoriya! ¡Qué bueno que contestas! Tenía pensado aprovechar el día para hacer algo especial, ¿qué te parece pasar el día juntos?]
Izuku: [¿E-en serio? ¿Pero... qué vamos a hacer?]
Toshinori: [Oh, solo un poco de entrenamiento... y luego quizás un par de actividades para distraernos mientras recibes la notificación oficial de los resultados del examen.]

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Doble vida?
ActionEntre una ciudad llena de peligro, donde acechan los villanos, el miedo y la deseperacion hay una esperanza, una estela color verde oscuro recorre los callejones, deja a las personas con esperanza, la mayoria lo odia pero las personas que rescato lo...