La locura del enamorado consiste en que...
No soy un mago,
Pero puedo conjurarte
En este verso-velorio
Para mi propio placer
O displacer
Sospecharte a cada esquina
Del pensamiento
Es mi condena por haberte conocido,
Pero no me arrepiento.
Te construyo, entonces,
Con palabras como Dios
Que hizo al mundo con su sola voluntad:
"hágase la luz", "hágase la oscuridad".
Estás en la rueda de la memoria
Acechando a cada paso
Pero ya estás en mí
Incluso sin esta invocación.
Escucho el fragor del tiempo
En el tiempo que no estás junto a mí.
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Poemas para una ciudad
PoesiaEstos poemas fueron escritos desde una ciudad para el mundo