Naruto - El Shinobi que mata

Capítulo 4: El descubrimiento de una Hashira

Muzan castigó severamente a Akaza por su intromisión. Lo degradó inmediatamente de la Tercera a la Sexta Luna Superior, lo que se considera un castigo extremo. Nadie ha sido castigado de esta manera en los últimos dos siglos. Doma seguramente empezará a burlarse de Akaza cada vez que lo vea.

Akaza dijo que atacó al chico porque le pareció una ofensa grave que el junco hablara con su amo como si fuera un viejo amigo. Añadió que cualquiera de los Doce Kizuki habría hecho lo mismo si estuviera en su lugar.

Pero el chico no era un chico corriente. De hecho, Akaza ni siquiera estaba seguro de que fuera humano. Incluso su maestro dice que el chico es un peligro para él también.

Tiene la misma habilidad física y velocidad que Upper Moon One. Quién sabe cuál es su verdadero potencial... El chico también conoce algún tipo de hechicero. Puede crear copias de sí mismo.

Su maestro dijo: "El chico me recuerda a mi peor enemigo... Yoriichi. Tiene el mismo color de pelo, esos mismos pendientes y su presencia... Tiene una presencia y una mirada profundas, tan profundas que puedo decir que ha visto la guerra. Puede que hable en tono amistoso, pero hay más de lo que parece. Ese chico es una amenaza para nuestra existencia".

Esto le puso la piel de gallina a Akaza. Si su maestro considera a alguien una amenaza, lo cual es raro, entonces este chico, Kamado Tanjiro, es definitivamente una amenaza.

Muzan decidió poner al chico a prueba.

~- -~

Mientras Simi, el demonio, atravesaba la ciudad y se dirigía hacia la montaña, notó algo diferente en el aire. El olor no era humano ni demoníaco, pero estaba claro que quienquiera que estuviera detrás era un ser muy poderoso, independientemente de que fuera humano o no.

Simi llegó a la cima de la montaña en poco tiempo. El camino estaba un poco nevado, pero pudo atravesarlo sin problemas.

Ahora podía sentir a varios humanos, además de uno que era claramente anormal. Pero algo no parecía estar bien. No había sólo uno, dos o incluso tres olores anormales, sino más de una docena. ¿Quizás había un pequeño grupo de Cazadoras de Demonios esperándole? Se sintió un poco nervioso. Un anormal era una cosa, pero una docena sería un caso diferente. Pero ya era demasiado tarde para retirarse: el Rey Demonio acabaría con él en el acto por su cobardía. Tragó saliva antes de dirigirse hacia la cabaña.

Simi estaba a unos cincuenta metros de la cabaña cuando oyó el chasquido de una ramita. Inmediatamente se volvió, pero no percibió a nadie. Tal vez fuera un animal", pensó. Se dirigió de nuevo hacia la casa cuando volvió a oír algo, pero no era sólo una persona, sino varias. La persona se escondía y revelaba su presencia una y otra vez a propósito. Se trataba de un adversario fuerte, muy fuerte. Volvió a tragar saliva.

"¿Quién está ahí?", dijo, intentando parecer valiente. Al seguir sin respuesta, volvió a preguntar: "¡Sal, cobarde!".

No hubo respuesta.

"Bien, voy a matar a esos humanos por..."

No pudo terminar la frase al sentir algo afilado contra su garganta y una presencia sofocante detrás de él.

"Voy a preguntar esto una vez. ¿Qué eres?"

"Soy un demonio.

"¿Puedo preguntar por qué estás aquí?"

"Para matarte..."

"Hmm", dijo la voz, sonando pensativa por un momento. "Te dejaré intentarlo. Necesito ver de lo que eres capaz, dattebayo". Soltó a Simi. "Mi familia está durmiendo. No hagamos mucho ruido, ¿vale?".