Si alguien pudiera narrar la gratitud que en ese momento se posaba en el corazón de aquella peliazul, sin duda alguna, crearía un poema digno de reconocimiento.
Tal vez ni siquiera era con la intención que ella lo había recibido, pero el hecho de que él le haya ofrecido sentarse a su lado, notando ella lo reacio que era al contacto y socialización en general la llenaba de una alegría y gratitud que calentaban su corazón y echaba lejos el mal sabor de boca que el anterior inconveniente con la italiana le había dejado.
Tal vez, estaba exagerando, pero valla que le gustó mucho.
Un movimiento a su lado le llamó la atención. Guió su vista y se topó con un pedazo de papel que su ahora compañero de asiento le estaba mostrando.
¿Qué fue lo que pasó ahí abajo?
Claro que iba a preguntar. Hasta el inglés se sentiría curioso después de ver cómo literalmente la echaban de su lugar.
Acercó el papel a su lugar, se mordió el labio y escribió. Luego borró y nuevamente escribió otra cosa. Repitió la acción un par de veces más.
El joven miró aquella acción con curiosidad. Se notaba que aquello la ponía mucho más nerviosa de lo que él había pensado en un principio, o quizás el tema era mucho más complejo.
¿Quieres la historia completa o el resumen?
Al final decidió que era mucho más simple ser sincera, tal vez para la peliazul era un tema delicado, pero ver cómo era el comportamiento del inglés, sentía que quizás si le contaba todo si le creería.
No quería pensar que tal vez estaba siendo ingenua, pero por primera vez en mucho tiempo estaba viendo un rayo de esperanza, estaba viendo a alguien que tal vez no iba a caer en las mentiras de Lila Rossy.
Tal vez y por lo menos una persona de su salón no sería un seguidor de ciega mentalidad, alguien con quien pudiera respirar y no cuidar de cada palabra que saliera de su boca, porque en el tiempo que aquella italiana había estado fuera intentó demostrarles a sus compañeros las mentiras de la pelicastaña, pero ahí se dio cuenta que mientras no tuviera pruebas fuertes y contundentes, ellos solo la verían como la mala de la historia.
Ellos la verían como una mentirosa.
Ahí decidió que no hablaría más, decidió que no había sentido en gastar su saliva y prácticamente rogar por alguien que creyera sus palabras.
Ya no iba a perder su tiempo.
Los apreciaba mucho, pero ella ya no podía ponerse en riesgo de ser akumatizada cada vez que ellos decidieran decir cualquier cosa sin medir el peso de sus palabras. Dolía, y ella no soportaba seguir repeliendo akumas mientras lloraba en la privacidad de su habitación.
Preferiría la historia completa.
Leyó una vez su compañero le regresó el papel.
¿Podemos hablar en el almuerzo?
Le preguntó.
No tengo ningún problema.
Ella le sonrió y ambos dieron por terminada esa conversación, en ese momento, poniendo verdadera atención a la clase que se les estaba siendo impartida.
✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎
La campana que anunciaba el inicio del receso sonó, dando por fin el merecido descanso que muchos de los estudiantes del Francoise Dupoint esperaban con ansias.
El joven de hebras doradas recogió sus cosas, invitando a su compañera de asiento a que hiciera lo mismo. Tenían un tema del cual conversar, y disculpenlo, pero no quería esperar.
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Parfait pour moi (felinette)
Fiksi PenggemarTe invito a esta historia leer Una nuevo romance te daré a conocer El verde y el azul se han de juntar Como la naturaleza necesita al agua para vivir, ellos del otro necesitarán Como imanes,negativo y positivo se han de juntar, para un gran vínculo...