Me Enamore De Ti (Swiss X Sodo)

XV

La lluvia que con anterioridad habia arrasado con las calles por un largo tiempo, y que habia cruzado los caminos de nuestros protagonistas, habia parado. El agua estaba sobre la banqueta, la zona en la que nuestra pareja se hospedaba permanecía repleta de agua, las coladeras no colaban el agua, y las casas asi como departamentos se habian inundado por dentro, afortunadamente para los chicos, que estaban en un piso superior, esto no era un problema, tan solo tendrian que esperar a que los servicios publicos despojaran toda esa agua de ahi, lo cual ya habian empezado.

La calidez que ambos chicos sentian justo en ese momento era anormal, el castaño disfrutaba de esta siesta, una la cual podia llamar normal, pues desde que cerró los ojos la noche pasada, se lograba sentir seguro al no tener cerca de alguna forma a su madre adoptiva, era paz para el. A pesar de lo reconfortante que era pasar cada segundo echado en esa cama, el primer aviso de despertarse había llegado:

La luz del sol pasaba a travez de la ventana, la cual se reflejaba gracias a las gotas plantadas en el cristal en toda la habitacion con diversos rayos de luz, despertando a la pareja que se encontraba durmiendo placidamente, ambos aun con sueño, pues habian dormido muy poco, pero entendiendo la señal del dia para levantarse de su cama y iniciar la mañana.

Uno tras otro se puso de pie, el castaño siguio al moreno hacía afuera de la habitacion, observando un poco su entorno, frotandose los ojos y tomando asiento en el sofa que tenía aquel chico.

Un largo bostezo lo acompaño, aun tenía sueño, sentía que incluso en el piso podía quedarse dormido...

Se recosto levemente en el sofa, con los ojos entrecerrados, observando por ese poco espacio los azulejos del piso, los acabados en las orillas inferiores de las paredes, y las multiples manchas que tenian, solo hacía lo que cualquiera en la misma situacion, vivorear y criticar.

A este punto se había olvidado del residente de la casa, se percataba de ruidos provenientes a su izquierda, el traqueteo de los platos y rechineo de los cubiertos lo hacían mantenerse consciente.

Tras el, en la pared la cual estaba recargado el sillón, y también aquella quien el menor le estaba dando la espalda, postrados en el muro, estaba una colección de cuadros. No la notó hasta que giro un poco su mirada y la observo con detenimiento, ya saben, vivorear y criticar.

El primero era simple, solo el tipico arte de frutas apiladas unas con otras y una taza de café, el siguiente tan solo manchas de pintura, arte abstracto sin duda, sinceramente nunca habia comprendido ese tipo de arte "antiguo" y tal vez "moderno", su madre biológica se lo había enseñado, ver esas pinturas le traian vagos recuerdos de ella, ojalá verla de vuelta... extrañaba los momentos que pasaron juntos, el, junto a ella salian a gatas de su padre, iban a alguna zona alejada y entre los 2 pintaban lo que pudieran ver lindo.

Aun observando las decoraciones colgantes que tenía la casa del joven, visualizo la tercera y última arte, así como la más llamativa, pues ocupaba una mayor anchura y largura en la pared; era de un Arbol, uno muy, extraño, este creía en un entorno pedregoso y basto, a su izquierda una de sus ramas caida al piso, marchita y sin hojas, a su derecha otra apuntando hacía arriba, y con los aspectos contrarios a la parte izquierda, en la punta una, no, varias flores, las que estaban en la punta comenzaba a marchitarse por la fría nieve que caía sobre ellas.

El no era nadie para criticar gustos, pero llego a describir eso como un aprecio muy, exótico, poca gente en la actualidad demostraba interes por las pinturas.

Despues de un tiempo llego el moreno con un plato de cereal para ambos, los dejo en la mesa que estaba frente a el sofa, una pequeña pero curiosa mesa, mientras iba por los cubiertos, el chico continuo observando aquella curiosa pintura. Su contrario solo contemplaba la fija mirada que tenia aquel joven sobre el cuadro descrito con anterioridad.