El sol apenas se asomaba cuando Liana y Miguel emprendieron el camino hacia el pueblo más cercano. El viaje fue silencioso; ambos estaban sumidos en sus pensamientos, y aunque se sentían unidos, el peso de lo desconocido los envolvía como una sombra persistente. Mientras avanzaban, Liana sentía una creciente inquietud, como si alguien los estuviera observando.
Al llegar al pueblo, ambos decidieron ir a una pequeña taberna para descansar y comer algo. Sin embargo, apenas se acomodaron en una mesa, un hombre de aspecto enigmático se acercó a ellos. Tenía una presencia imponente, y sus ojos parecían observarlos con una intensidad extraña, casi sobrenatural. Vestía ropas oscuras y una capa que le cubría gran parte del rostro, pero Liana notó un anillo con un símbolo que le resultaba vagamente familiar: una media luna y una estrella entrelazadas, la misma marca que había visto en una página del grimorio.
El hombre se sentó frente a ellos sin pedir permiso, sus ojos fijos en Liana.
Hombre: "Has recorrido un largo camino, Liana. Y has despertado algo que no puedes controlar."
Miguel reaccionó de inmediato, poniéndose en guardia.
Miguel: "¿Quién eres tú? ¿Cómo sabes su nombre?"
El hombre ignoró a Miguel, manteniendo su mirada en Liana. Sus palabras resonaban con una calma que resultaba inquietante.
Hombre: "Mi nombre es Cael. He seguido a tu familia durante generaciones, y he visto a muchos como tú caer en la oscuridad. La marca que llevas no es solo un símbolo, es una promesa y una maldición."
Liana sintió cómo su corazón comenzaba a latir más rápido. No sabía si confiar en él, pero algo en su interior le decía que este hombre podía tener las respuestas que tanto buscaba.
Liana: "¿Qué sabes de la marca? ¿Por qué me fue dada a mí? ¿Y quién eres realmente?"
Cael la miró en silencio por un momento, como si estuviera evaluándola.
Cael: "Soy un Guardián, miembro de una orden antigua dedicada a mantener el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Tu linaje... es uno de los más poderosos, y por eso fuiste elegida para portar ese poder. Pero debes tener cuidado, Liana. La marca consume, y si no aprendes a controlarla, te llevará al abismo."
Liana intercambió una mirada con Miguel, quien seguía tenso, pero claramente intrigado. Se sentía perdida, pero las palabras de Cael la empujaban a entender que su destino era mucho más grande de lo que había imaginado.
Liana: "¿Y por qué debería confiar en ti? ¿Qué te hace diferente a quienes destruyeron a mi familia?"
Cael la miró con una leve sonrisa triste.
Cael: "Porque fui amigo de tu madre. Y también soy la única persona que puede ayudarte a sobrevivir a lo que está por venir."
El silencio llenó el espacio entre ellos, y Liana sintió un nudo formarse en su garganta al escuchar aquello. ¿Este extraño hombre había conocido a su madre? ¿Había sido parte de su vida antes de que todo se desmoronara?
Miguel (interrumpiendo con tono protector): "¿Cómo sabemos que no estás mintiendo? ¿Cómo podemos confiar en ti después de todo lo que Liana ha sufrido?"
Cael se volvió hacia Miguel, su expresión serena pero firme.
Cael: "Porque conozco verdades que ustedes no pueden imaginar. Sé lo que es perderlo todo, y he visto lo que la marca hace a quienes no están preparados para soportarla. Si no me creen, puedo mostrárselos."
Liana respiró hondo, y aunque una parte de ella temía confiar en alguien nuevo, sintió que Cael podía ser la clave para entender su destino y, quizás, evitar el mismo final que sus padres.
Liana (con voz temblorosa): "Muéstrame. Muéstrame lo que sabes... y lo que la marca puede hacerme."
Cael asintió y se levantó de la mesa, indicándoles que lo siguieran. Liana y Miguel lo acompañaron en silencio hasta una antigua biblioteca oculta en un callejón apartado del pueblo. Dentro, el lugar estaba cubierto de estantes llenos de libros viejos y polvo, pero había una energía poderosa en el aire, como si cada página guardara secretos profundos.
Cael los guió hasta una mesa en el centro de la biblioteca y colocó su mano sobre un viejo manuscrito. La portada tenía el mismo símbolo que el anillo de Cael: la media luna y la estrella entrelazadas.
Cael: "Este libro contiene el conocimiento de nuestra orden. Aquí encontrarás la historia de tu linaje, Liana, y la verdad detrás de la marca. La oscuridad no es solo un poder; es una elección. Cada portador debe decidir qué hacer con ella."
Liana observó el libro, sus manos temblando ligeramente. Mientras lo abría, Cael colocó una mano en su hombro.
Cael: "Este camino no será fácil, Liana. No todos sobreviven a las pruebas que conlleva el poder. Pero si estás dispuesta a luchar, te enseñaré cómo dominar la oscuridad en lugar de ser dominada por ella."
Miguel se acercó a Liana, colocando su mano en la de ella en un gesto de apoyo silencioso. Ella le devolvió una mirada agradecida, sintiéndose un poco más fuerte al saber que no estaba sola.
Miguel: "Estamos contigo, Liana. Pase lo que pase, no te dejaremos sola."
Liana asintió, sus ojos firmes mientras miraba a Cael.
Liana: "Estoy lista. Haré lo que sea necesario para descubrir la verdad... y para no permitir que la oscuridad me consuma."
Cael esbozó una pequeña sonrisa, aprobando su determinación. Con un leve gesto, comenzó a mostrarle los rituales y enseñanzas que le permitirían entender y controlar la marca. A partir de ese momento, Liana supo que el camino sería arduo, pero estaba lista para enfrentar lo que fuera necesario y comprender su propio poder. La batalla por su alma apenas comenzaba, y ahora, con un aliado misterioso a su lado, estaba preparada para el desafío.
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El Diario De Una Bruja
FantastiqueSu crecimiento desde una niña solitaria hasta convertirse en una poderosa bruja, su lucha con la maldición familiar, y su conflicto al ver el fantasma de su madre mientras otros la creen loca.