Capítulo 17: Voces en la Oscuridad

0 0 0
                                    

Liana se sentía agotada. Los últimos días habían sido cada vez más extraños y estresantes, y la constante curiosidad de Miguel y sus amigos hacía todo aún peor. Cada vez era más difícil encontrar paz, incluso en la biblioteca, su refugio habitual. Aquella noche, regresó a su habitación con la esperanza de desconectar un poco. Se dejó caer en su cama, mirando el techo, intentando liberar su mente de todo lo ocurrido.

Sin embargo, apenas cerró los ojos, comenzó a escuchar algo. Un leve susurro, apenas perceptible, como si alguien estuviera hablando justo a su lado. Al principio creyó que era solo su imaginación, pero los susurros se hicieron más fuertes.

Voz 1 (susurrante): "Liaaanaaa… ¿puedes oírme?"

Voz 2: "¿Recuerdas lo que has visto? ¿No estás sola… nunca lo has estado…"

Liana sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Se levantó de un salto, mirando alrededor, pero no había nadie. Sin embargo, las voces no se detenían. Al contrario, parecían multiplicarse, susurrando en tonos bajos y confusos. Sintió cómo el miedo comenzaba a apoderarse de ella.

Voz 3: "Sabemos quién eres… sabemos tus secretos…"

Desesperada, Liana se tapó los oídos con las manos, intentando bloquear los susurros. Su respiración se volvió agitada, y sin darse cuenta, comenzó a gritar.

Liana (gritando): "¡Déjenme en paz! ¡No quiero escucharlos! ¡No quiero oír nada!"

Sus gritos resonaron en toda la habitación, pero las voces parecían no detenerse. Por un momento, Liana sintió que estaba perdiendo el control, que las voces no la dejarían tranquila nunca. Pero, de repente, los susurros se desvanecieron. Solo quedó el eco de su propio grito y una extraña risa apagada en el fondo.

Entonces, escuchó un ruido tras la puerta de su habitación. Era como si alguien estuviera intentando contener la risa. Inmediatamente, la puerta se abrió, y aparecieron Miguel y sus amigos, tratando de no reír a carcajadas.

Miguel (riendo): "¡Wow, Liana! ¿De verdad creíste que eran voces de verdad? ¡Tienes que relajarte un poco!"

Liana se quedó paralizada, sin poder creer lo que estaba viendo. Su rostro pasó de la sorpresa a la ira en un segundo.

Liana: "¿Ustedes… hicieron todo esto?"

Ana, uno de los amigos de Miguel, trató de disculparse, pero apenas podía contener la risa.

Ana (riendo): "Vamos, Liana. Solo era una broma. Pensamos que si te asustábamos un poco, te relajarías con eso de las historias de fantasmas."

Liana sintió que el enfado la consumía. Habían jugado con sus miedos más profundos, y para ellos no era más que un juego.

Liana: "¿Saben lo que me han hecho sentir? ¡Esto no es gracioso! No tienen idea de lo que realmente sucede en mi vida, de lo que tengo que enfrentar."

Miguel, aunque seguía sonriendo, notó la intensidad en los ojos de Liana.

Miguel: "Tranquila, Liana. No es para tanto. Solo queríamos que bajaras la guardia y que te dieras cuenta de que todas esas historias de sombras y voces… solo existen en tu cabeza."

Liana los miró uno a uno, llena de decepción y tristeza.

Liana: "¿Creen que todo es una broma, verdad? Les aseguro que no conocen la mitad de las cosas que he tenido que vivir. No son solo 'historias' para mí. Y el hecho de que jueguen con algo tan personal demuestra lo poco que realmente entienden."

Hubo un silencio incómodo. Algunos de los amigos de Miguel se miraron entre sí, como si comenzaran a darse cuenta de que tal vez habían ido demasiado lejos. Pero Miguel intentó defenderse.

Miguel: "Liana, fue solo una broma, no teníamos malas intenciones. Pensé que te reirías después."

Liana no dijo nada más. Sin mirarlos, salió de su habitación y caminó hacia el jardín de la escuela, buscando aire fresco para calmarse. No sabía si podría perdonar a Miguel y sus amigos por lo que habían hecho. Para ellos había sido solo una broma, pero para ella, había sido una experiencia aterradora, un recordatorio de los secretos y sombras que siempre la rodeaban.

Mientras se sentaba en una banca del jardín, dejó que la ira se disipara lentamente, reemplazada por una extraña calma. Si aquellos que la rodeaban no podían entender su situación, entonces tendría que ser fuerte y enfrentar todo sola. Las voces, los secretos, el pasado oscuro de su familia… solo ella podría decidir cómo enfrentarlos.

El Diario De Una Bruja Donde viven las historias. Descúbrelo ahora