Capítulo 8 🥂

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Pov Kylie:

Desde aquel beso del lunes, mi mente no ha parado de pensar ni un momento en eso. Todo lo que pensaba que tenía bajo control se desmoronó en cuestión de segundos, justo en el momento en que Malia me tomó de la cara entre sus manos y me besó con una ternura que no sabía que podía existir. Me descubro repasando cada detalle del beso, desde la suavidad de sus labios hasta el ligero temblor que sentí en su respiración. Es como si el recuerdo estuviera grabado en mi mente, y desde entonces no hay nada en mí que no piense en ella.

No sé cómo he sobrevivido estos días. La semana se me ha hecho eterna; cada día que ha pasado es como una cuenta regresiva para esta noche. Hoy es viernes, nuestra primera cita desde que nos besamos, y siento una mezcla de emociones que nunca había experimentado. Me miro en el espejo por lo que parece la décima vez, asegurándome de que el vestido que elegí sea el adecuado. Es un vestido negro, sencillo pero elegante, que resalta mi figura sin ser demasiado obvio. Malia siempre tiene esa manera de hacerme sentir segura y bonita, y quiero que esta noche sea especial, para ambas.

Mientras termino de arreglarme, me doy cuenta de que estoy sonriendo sola. Hay algo distinto en esta noche; algo que, aunque no puedo definir con palabras, sé que es importante. Es como si después de meses de miradas, roces y risas compartidas, estuviéramos a punto de abrir una puerta hacia algo que ambas hemos deseado pero temido, como una receta que requiere precisión y paciencia, y que sabemos que puede salir perfectamente o desmoronarse si no lo hacemos con cuidado.

Por fin, me siento lista. Tomo un último respiro y, con el corazón latiendo fuerte, me encamino hacia el restaurante donde Malia y yo quedamos de vernos. La noche está fresca, y mientras camino, siento que la ciudad parece diferente, como si el aire tuviera otro sabor, uno que me recuerda a ella.

Al llegar, me detengo un momento fuera del restaurante para reunir el valor necesario. La luz suave de las velas se refleja en las ventanas, y veo el reflejo de Malia, esperándome en la mesa que eligió. Suelto un suspiro y entro, tratando de parecer tranquila, aunque siento que mis nervios podrían delatarme en cualquier momento. En cuanto la veo, la realidad se detiene un instante: Malia está hermosa, tan elegante y radiante que me deja sin palabras.

Ella me mira, y puedo ver en sus ojos una calidez que hace que mis nervios desaparezcan, aunque sea por un instante. Me acerco a la mesa y sonrío, buscando mis palabras mientras ella se levanta para saludarme. Su mirada recorre mi figura de manera lenta, apreciativa, y siento el calor en mis mejillas cuando por fin habla.

-Kylie, estás... increíble -dice, con una sonrisa que desarma cualquier inseguridad que me quedara. Sus ojos brillan con esa chispa que me hace sentir como si fuera la única persona en la sala, y mi corazón late aún más fuerte.

Sonrío, un poco tímida, y respondo mientras intento contener la emoción en mi voz.

-Gracias... tú también te ves maravillosa, Malia. No puedo creer que seas real -digo en un tono entre serio y coqueto, dejándome llevar por la atmósfera del momento. Ella se ríe, y esa risa es como música, como si con solo escucharla pudiera desvanecer cualquier duda que alguna vez tuve.

Recetas del Amor | Kylia (Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora