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El Juego Comienza

La tensión en el aire era palpable. Felix, a pesar de la seguridad de Hyunjin, no podía evitar sentir que las sombras se alargaban más de lo que quería aceptar. El mensaje había sido claro: "Tu familia paga por tus pecados". Aunque Hyunjin había hecho todo lo posible para mantenerlos a salvo, algo le decía que este no era un simple ataque, sino una amenaza directa que iba más allá de lo que habían enfrentado antes.

Felix no pudo dormir esa noche. Pasó horas en la cama, con los ojos fijos en el techo mientras su mente repasaba una y otra vez lo que había sucedido. ¿Quién podría estar detrás de esto? ¿Qué querían de ella? Sabía que Hyunjin tenía enemigos, pero esta vez se sentía diferente. No era solo su vida la que estaba en juego, sino también la de sus hijos.

Al día siguiente, la atmósfera en la casa estaba cargada de incertidumbre. Hyunjin, siempre el protector, estaba haciendo lo que podía para mantener a todos tranquilos, pero Felix podía ver la preocupación en sus ojos cada vez que miraba a los niños. Eunchae, Ahyeon, y Taeyang jugaban en el jardín, ajenos a la gravedad de la situación. Felix intentó sonreírles, pero la sensación de miedo seguía nublando sus pensamientos.

El teléfono de Hyunjin sonó a medio día, cortando el silencio pesado que había caído sobre la casa. Felix lo observó de reojo mientras él contestaba con una mirada seria.

—¿Qué es lo que sabes? —preguntó Hyunjin, sin preámbulos.

Felix se quedó quieta, la inquietud creciendo en su pecho. La voz de Hyunjin, normalmente segura, ahora sonaba tensa, como si algo mucho más grave estuviera sucediendo. Hyunjin escuchó durante unos segundos, asintiendo con la cabeza antes de colgar con una expresión sombría.

—No es un ataque aislado, Felix. Hay algo más grande en juego aquí. —Su voz se llenó de un desasosiego que rara vez mostraba. —Alguien dentro de mi círculo está filtrando información.

Felix sintió una oleada de pánico. Su mente comenzó a hacer conexiones, pero no pudo formularlas claramente. ¿Un traidor dentro de la organización de Hyunjin? ¿Alguien a quien conocían? Esa posibilidad solo hacía que las cosas fueran aún más peligrosas.

—¿Sabes quién? —preguntó Felix, el miedo evidente en su voz.

Hyunjin negó con la cabeza, apretando los puños con frustración. —No, pero lo averiguaremos pronto. Nadie va a hacerle daño a mi familia.

Felix no podía dejar de pensar en los niños. Taeyang aún era tan pequeño, y Eunchae, a pesar de su apego a su padre, también era vulnerable. Ahyeon, aunque un poco mayor, también era parte de su familia y no podía dejar que nada les pasara.

—¿Qué vamos a hacer? —Felix preguntó, su voz un susurro de desesperación.

Hyunjin se acercó a ella, sus ojos fijos en los de ella con una intensidad que solo él podía tener. —Voy a tomar las riendas de esto. No vas a estar sola en esto, Felix. Pero necesitamos estar más unidos que nunca. No me gusta lo que está pasando, pero si tenemos que luchar, lo haremos.

Felix asintió, pero no podía evitar sentirse impotente. ¿Qué podía hacer ella? La vida que había conocido, la que había elegido, ya no era tan simple. Los niños, su familia, todo estaba en riesgo, y no sabía si su amor por Hyunjin sería suficiente para mantenerlos a salvo.

La tarde pasó lentamente, y aunque Felix intentaba distraerse con los niños, su mente estaba en otra parte. Cada vez que Hyunjin salía, sentía una mezcla de alivio y ansiedad. Sabía que él estaba haciendo lo que podía, pero el miedo seguía acechando en las sombras.

Por la noche, Hyunjin no volvió temprano como solía hacerlo. Felix se encontró sola con los niños en la casa, algo que había dejado de ocurrir hacía tiempo. Aunque su corazón sabía que Hyunjin estaría haciendo lo necesario para protegerlos, su mente le susurraba que algo no estaba bien.

De repente, la puerta se abrió, y una figura apareció en el umbral. Felix se levantó rápidamente, pero cuando vio a Hyunjin, algo en su postura la hizo dudar. Estaba empapado en sudor, sus ojos cansados, pero algo más brillaba en su mirada. ¿Era alivio? ¿O estaba ocultando algo?

—¿Qué pasa? —preguntó Felix, sus palabras más tensas de lo que pretendía.

Hyunjin cerró la puerta con cuidado, mirándola antes de acercarse. —Tenemos que hablar, pero no aquí. No es seguro.

El corazón de Felix dio un vuelco. —¿Qué está pasando?

Hyunjin la miró fijamente. —Es peor de lo que pensaba. Alguien dentro de la familia ha estado pasando información. Tenemos un traidor entre nosotros, Felix. Y lo peor de todo, es que no sé hasta qué punto está involucrado. Esto acaba de empezar.

El miedo se apoderó de Felix, pero antes de que pudiera preguntar más, Hyunjin le indicó que tomara a los niños y los llevara a un lugar seguro.

—Tenemos que movernos rápido. No hay tiempo para perder.

Felix asintió sin pensarlo. Sabía que si algo había aprendido durante todos esos años junto a Hyunjin, era que nunca había nada simple en su mundo. Todo era parte de un juego mucho más grande, y ahora, parecía que ellos eran las piezas.

Con los niños en brazos y el rostro lleno de determinación, Felix lo único que podía hacer era esperar a que la tormenta pasara, sin saber cuántos sacrificios tendría que hacer para proteger a su familia.

El juego, finalmente, había comenzado. Y no sabían cuán lejos llegarían.

LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora