Prólogo

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-¡Dame, dame, dame, dame!-Chillé revolcándome a los pies de mi hermano mellizo.

-¡No, Erin! ¡La Nutella es sagrada, y tú eres lo que sea menos eso!-Metió sus dos pequeños dedos en el pote y los chupo.

-Porfavor-Puse mi mejor cara de lástima y vi cómo su mirada se relajaba. Fué acercando el pote de Nutella más a mí y cuando estaba a punto de tomarlo, él lo alejó de mí riendose a carcajadas.

-¡Debiste haber visto tu cara!-Y siguió riendo. Molesta, caminé a zancadas hasta él. Con todas mis fuerzas de voluntad, subí mi pie de enmedio de sus piernas. Al principio se quedó en shock y sus risas pararon, luego miró hacia abajo y comenzó a gritar de dolor y llorar, e hizo lo más tonto que pudo haber hecho en todos sus 7 miserables años de vida.

Soltó la Nutella.

Y por lo bobo que es mi hermano nisiquiera se dió cuenta de dónde la había tirado.

Había caído por la ventana del segundo piso.

Después de eso, vi todo en cámara lenta. Corrí lo más que pude hacia la ventana, e hice lo primero que pensé al ver a mi tesoro en el césped del jardín.

10 minutos después.

-¡Pero Oficial, ÉL tiró la Nutella por la ventana! ¡¿Tiene usted idea de lo que le pudo haber pasado?! ¡TIENE QUE ARRESTARLO!-Chillé.

-Linda, esto no es un crimen grave, además tu le pegaste en su cosita-lo miré confundida y el hizo un raro movimiento con los ojos dándoles vuelta mientras murmuraba algo muy bajo- Vamos, ¿DÓNDE ESTÁN LAS CÁMARAS?-Gritó poniendose de pie y viendo hacia todos lados. Al ver bien, noté una pistola grande negra con detalles amarillos, en uno de los cuadrados amarillos venía escrito un x26.

Hmm... Se ve interesante.

Como seguía distraído, tomé la pistola y le apunté. Siempre me habían gustado las armas. Sí, "Satánico para una niña de 7 años". Mi madre y sus amigas siempre habían dicho lo mismo de mí. Las satánicas son ellas con sus vestidos rosa intenso y sus guantes refinados totalmente blancos.

Ni siquiera me di cuenta que el Oficial James me estaba hablando.

- Blah, blah, blah...Y por eso debes darme la pistola.

Levanté una ceja y me cruzé de brazos aún con la pistola en la mano-¿Y qué gano yo?

-Un dulce.

-¿Qué clase de dulce?

-Chupa Chups.

-No. Acepto dartela si...

-¿Si...?

-Si recibo a cambio dos Nutellas.

-Me lleva la madre de la mierda-Susurró-Claro, nena-Sacó dos billetes de 10 dólares y los acepté.

-Ah, y... Me quedaré con esto-En un movimiento de dedos-Claramente de las dos manos, porque soy débil-apreté el botón de la pistola y él Policía cayó al piso desmayado. Saqué las dos agujitas de su pecho y llevé la pistola hacia dentro de la casa cerrando la reja y la puerta de la entrada con llave.

Hay una sola metáfora de la historia.

Nunca se metan con Erin Fletz.

Oh claro, y su Nutella.

***

Holaa! Bueno aquí el Prólogo. Espero que les guste!

Adiós.

-UnicornsFly

Guerra de InternadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora