-¡MATT!-Grité con todas mis fuerzas.
-¿QUÉ MIERDA QUIERES, ERIN?
-¡TUS INTESTINOS EN MI DESAYUNO, IMBÉCIL!-Pateé y golpeé la puerta de su habitación con mi vida.
-¡JODER, ERIN!-Abrió la puerta enojado con unos boxers mal acomodados y sin camisa. Por arriba de su hombro divisé una figura llena de silicona y con más extenciones que Beyonce tapándose con la delgada tela azul. Volví mi mirada hacía él con asco.
-¿TE ACOSTASTE CON ELLA? ¡PODRÍA SER TU HERMANA, PUTO GARLOPO DE LA PATA GORDA!
-¡Pero no lo es, Erin! Mira, te diré cómo fueron las co... Agh, nisiquiera debo darte explicaciones ¿Qué quieres?-Puso sus manos en sus caderas y me dio una cara de desagrado.
-Las llaves del auto.
Buscó algo en su pantalón tirado en el piso y lo primero que ví que sacó fue un sobrecito plateado. Sonrió coqueto, y se lo pasó a la rubia quien lo miró sonriéndole "seductoramente". Diu. Arrugé la nariz con asco.
Dios, a veces me olvido de que mi estúpido hermano mellizo es un Playboy.
-Ten-En cuanto tomé las llaves me cerró la puerta en la cara. Rodé los ojos. Si será idiota... Oh, espera, ya lo es.
Tomé mi bolso y salí del pequeño departamento, no sin antes avisar a mi padre que saldría a desayunar con Jackie.
Jackie es mi mejor amiga desde que he tenido razón de la memoria. La conocí un día que iba hacia la tienda para comprar unas pequeñas cosas que mi madre me había encargado para la comida, pero me había perdido en el supermercado, hasta que la encontré. Prácticamente fue mi salvación en ese momento con su pequeño cerebro que memorizaba todo lo que escuchaba o veía. Caminamos a casa con las manos entrelazadas y platicando de cualquier cosa que se nos cruzara por la mente. Unos viejos se nos quedaban viendo a medida que pasabamos por ahí, no les prestamos atención-Sí, íbamos solas porque nuestras madres confiaban en nosotras, aunque a la mía nunca le gustó mi manera de ser y siempre trataba de deshacerse de mí-pero debo admitir que me daban miedo y desde entonces intento no ir sola por ahí o simplemente caminar rápido o incluso correr. En ese entonces no creíamos que llegaríamos a ser más que amigas, pero todo cambió. Crecimos juntas, vivimos juntas, sonreímos juntas, lloramos juntas, incluso hasta la cagamos juntas, pero somos felices siendo así.
Arranqué el auto en dirección al café donde nos veíamos siempre los fines de semanas. Después de eso, tendría que pasar a la tienda para las bromas del primer día de clases. De solo pensar en estudiar, tareas, exámenes, trabajos, y "responsabilidades" me daban ganas de atarme las manos a una cadena, poner ladrillos en mis pies y tirarme al fondo del Mar.
Aparqué el auto en uno de los sitios libres justo atrás de su Porsche negro convertible que ahora no estaba... Convertido. Bajé del auto poniendole la alarma haciendo que sonara un Pip pip y me encaminé hacia el auto. La vi poniendose brillo labial y le toqué la ventanilla haciendola sobresaltar y gritarme un par de groserías no apropiadas para menores de edad. Me reí y le abrí la puerta haciendo una reverencia.
-Jolie Dame-Le dije.
Bufó y me miró con cara de: «¿Es enserio?»
-Cállate-Respondió.
Reí y cerré la puerta del auto fuertemente sólo para hacerla enojar más.
-¡NO, NO! ¡MI BEBÉ! ¡COSITA, HERMOSURA, AMOR, MI VIDA!-Corrió a abrazar a su auto y luego me miró con una mirada asesina que hizo cesar mi risa-. ¡MUNDANA HIJA DE SNOW, VAS A PAGAR POR ESTO HIJA DE PUTA! ¡TE DOY TRES SEGUNDOS!-Miré en el lugar donde estábamos para ver en que dirección podía correr-. ¡UNO!
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Guerra de Internados
HumorContesté el teléfono sin pensar en lo que me esperaba y traté de poner mi voz lo más inocente posible. -¿Sí? -¡HIJA DE TU REVERENDA MADRE! ¡¿EN DÓNDE MIERDA ESTÁS?! -Eh... Ejem... -¡HABLA YA O TE CORTO LA LENGUA! -Si me cortas la lengua no podré dec...