EXPERIMENTO

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-¡Número 97 hora de despertar!-

-Mmmmm, cinco minutos más Alfred-

Apenas terminé la oración ,acabé recibiendo una descarga que hizo que me cayera de la cama.

-A levantarse dije-

-Ay con razón a ninguno le gustas-

Otra descarga.

-(Como lo disfruta el cabrón) Ya, ya me callo-

Después de casi morir ahogada, fui recogida por estos maniáticos, que seguramente tenían un trato con el payaso.

Eso o cada día van con un submarino al centro de la nada a ver si a algún loco le da por tirar gente encadenada por pura diversión.

Como sea, ha pasado un mes desde aquello, o una semana y me han despertado cada ciertas horas, es que no tengo ni idea, no hay ventanas, ni relojes, solo puedo hacer una marca en la pared con un poco de sangre que me suele salir por la nariz de tanta descarga.

¿Y qué hacen conmigo?

Ni idea, pero algo que ver con un experimento.

Me meten un suero y MÁS DESCARGAS INTENSAS POR HORAS, hasta que me desmayo y me llevan a mi cuarto ,y cuando ven por el collar de perro que me han puesto que estoy bien, me levantan y a seguir con lo mismo.

-(Debo tener el pelo hecho un cristo)-

Esa es otra, los muy hijos de su madre me han rapado, ni que fuera Once joder.

-Hoy probaremos algo nuevo-

-¿Hoy tocan quemaduras?-

-Amputación-

-¿Qué?(Creo que prefiero quemaduras)-

Llegamos a la sala y fui atada a la silla de siempre, pero sé que esto no será a lo que me estoy acostumbrando.

-Quítale el collar-

-(Pero es por donde me ponen el suero)-

El collar que tanto tiempo esperaba quitarme liberó mi cuello, pero no pude permitirme celebrar por ello.

El científico se acercó con una jeringa, pero esta tenía un líquido rojo en vez de verde.

-¿Qué es eso?-

-Tranquila, si este funciona, podrás quedarte, y si no...bueno, será mejor que funcione-

El inyectó el líquido en mi muñeca y de inmediato sentí mi cuerpo arder, sentía que me quemaba por dentro.

Era insoportable.

Grité hasta quedarme sin voz, algo que a los demás no les importó más que seguir apuntando en sus libretas.

.

.

.

-Au-

Me levanté con un gran dolor en la mano.

Las luces estaban apagadas, pero aún así pude diferenciar que me faltaban todos los dedos de mi mano derecha.

-Que hijos de puta-

Me incorporé en mi cama, viendo el pequeño cuarto con puerta de cristal.

-(...¿Suicidio? No,no,no, no pienso morir por que me rendí, pienso ser toda una tocapelotas hasta que mi cuerpo diga basta)-

Lavé mi cara en el fregadero notando mechones de cabello pegándose a mi cara por el agua.

-(Al menos vuelvo a mi melenaza-

Aún con los ojos cerrados noté como algo velloso acariciaba mi cara.

-TU PUTA MADRE-

Salté hacia el lado contrario dando una patada a lo que sea que me tocó, y vi como esa sombra salía de mi celda por los pequeños agujeros que nos permitía oír el exterior.

Las luces se encendieron ,dejándome ver a una niña pequeña con el pelo corto rojo y con la piel verde abrazando su almohada .

-Disculpa-

-No, tranquila, es que me sobresalto fácilmente (Mentira, simplemente creí que un guarda quería sobrepasarse...Se parece a Hiedra)-

-NADA DE HABLAR-

-(¿Tan poco estuve consciente que ni siquiera supe que tenía compañeros?)-

El guardia de siempre no tardó en aparecer, pero en vez llevarme a algún lado, me observó, y anotó cualquier cosa en su cuaderno.

-(Puede que ya no odie tanto esas libretas)-

Terminó de apuntar sus cosas, y se dirigió a la mini Hiedra, quien se escondió bajo la sabana de su cama.

-Niña, sal de ahí-

-Si hablas así hasta yo me escondo-

-Tu calla o te llevas una descarga-

El golpeó con fuerza el cristal con su libreta.

-(Retiro lo dicho, las sigo odiando)-

Iba a pasar del tema, y pensar en como sobreviviría a todos esto, pero vi como el guarda sacaba un bastón de metal y empezó a poner la clave de la celda de la niña.

-Hey, ¿Qué piensas hacer?-

-Poco te importa-

Oí como bajo la fina sábana la chiquilla empezaba a llorar.

-(¿Esto ya había pasado antes?) Los cojones ,ES UNA NIÑA-

El pasó de mi entrando a la celda de ella.

Yo empecé a golpear el cristal, sintiendo cada vez un enojo más creciente.

-MIEDICA DE MIERDA, VAS A POR LA NIÑA POR QUE SABES QUE SI ES A ALGUIEN MÁS MAYOR TE TUMBARÍA DE UNA OSTIA-

Él se giró apuntando su bastón hacia mi.

Pero toda esa confianza se fue cuando se dio cuenta de que había agrietado el cristal

.

.

.

Desperté jadeando en el suelo del pasillo que separaba mi celda de la de la chica, quien se aferraba a mi con fuerza.

Miré a mi alrededor, contando un total de veinte guardas apuntándome con sus armas.

El suelo y las paredes estaban manchadas de un rojo que había visto las suficientes veces como para reconocerlo al instante.

-(Sangre)-

En mi boca sentí un sabor metálico, y vi tras los guardias armados, al tipo pesado adicto a dar descargas.

Unos flashbacks vinieron a mi cabeza, viéndome a mi misma arrancando el brazo que sostenía el bastón del hombre , y luego lanzándome a todo aquel se acercaba, mordiendo y arrancando, pero sin llegar a matar,  o eso creo.

Me levanté cargando a la niña que no hizo más que aferrarse a mi con más fuerza.

-A partir de hoy, ella se queda conmigo(Y si algún día logro escapar ,me la llevaré conmigo)-

Mientras volvía a mi celda, noté el frío.

Estaba totalmente desnuda.

-Y quiero otra muda de ropa-

Me acosté en la cama junta a ella, tapándonos, y acariciando su suave cabello con mi mano recompuesta.

-¿Cómo te llamas cariño?-


Batgirl / Hana Wayne (Una historia junto a la Batifamilia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora