Y entonces, la pregunta que me rondaba la cabeza.
cada vez que recibía uno de esos mensajes era como...¿por qué Liam quería hablar conmigo?"
Pero lo que comenzó como un mensaje ocasional, pronto se convirtió en una rutina interminable.
No dejaba de escribir, noche tras noche, sin importar la hora.
Al principio me parecía divertido, algo curioso. Cada mensaje parecía una excusa para seguir hablando de estupideces.
Nada importante, nada relevante,
Hablábamos de cosas tan absurdas y sin sentido...A veces sentía que en lugar de estar conociéndonos mejor, simplemente estábamos perdiendo el tiempo.
Pero algo en su insistencia me mantenía ahí, en esas charlas nocturnas que cada vez se sentían más vacías.
Era raro, porque no teníamos nada de qué hablar realmente.
Ni una historia en común, ni un interés en particular, solo la necesidad de llenar el espacio con palabras.
No sé por qué, pero sentí que si dejaba de responder, algo se rompería.
Y, aunque las conversaciones eran sin sentido, por
alguna razón no quería ser la primera en cortar el hilo.Y ahí estaba yo, atrapada en una rutina de mensajes sin sentido, esperando que algún día, tal vez, la conversación tomara un giro, que quizás Liam tuviera algo más que decirme.
Pero por ahora, todo era una mezcla de palabras vacías, risas forzadas y preguntas sin respuesta.
Solo quedaba esperar, porque algo me decía que esa extraña relación, aunque absurda, no iba a terminar tan fácilmente.
mi interior que me decía que no debía seguir alimentando esa dinámica.
Pero no sabía cómo decirlo, cómo frenar una conversación que ya se había vuelto demasiado absurda, que ya no tenía propósito.