──── Nada bueno sucede después de las dos de mañana. ¡Vete a dormir! chapter nineteen, omnisciente pov
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─── Después de la cena, donde finalmente habían decidido dejarse ir, Nicholas acompañaba a Donna se dirigieron al aeropuerto juntos. El viaje al coche fue silencioso, lleno de miradas compartidas y manos que se buscan, como si quisieran grabar cada segundo de su último momento juntos. Ambos intentaban encontrar las palabras adecuadas para un momento como este, aunque sabían que ninguna realmente podía hacer justicia al sentimiento de despedida.
Ya en el aeropuerto, Nicholas cargó la maleta y caminaron lentamente hacia la terminal. La despedida se sentía cerca, y el peso de lo no dicho flotaba entre ellos. Nicholas la observaba determinadamente, grabando cada detalle de ella, desde su sonrisa nerviosa hasta el brillo de sus ojos.
Cuando llegaron a la zona de seguridad, Donna se detuvo y, mirándolo a los ojos, le dio una suave sonrisa.
—Supongo que aquí es donde nos despedimos, Nick— le dijo Donna, tratando de sonar tranquila aunque su voz temblaba
Nicholas, sin embargo, la miró intensamente, como si intentara transmitir todos sus pensamientos en solo un instante. Antes de que Donna diera el paso final hacia la zona de seguridad.
Nicholas tragó saliva y, en un tono serio pero lleno de vulnerabilidad, preguntó— ¿Crees que lo podemos intentarlo a distancia?
Los ojos de Donna brillaron de emoción, era justo la esperanza que había esperado escuchar, algo que la conectaría con él aunque estuviera a miles de kilómetros de distancia. Soltó su maleta, y sin pensar, caminó rápidamente hacia él.
Se lanzó a sus brazos, rodeándolo con fuerza. Nicholas la abrazó de vuelta, cerrando los ojos y disfrutando del calor de su cuerpo, como si aquel abrazo pudiera detener el tiempo.
Donna se separó un poco, lo suficiente para mirarlo a los ojos, y antes de decir una palabra, lo besó. Fue un beso lleno de todo lo que no expresaban con palabras: amor, tristeza y esperanza. Nicholas respondió el beso con la misma intensidad, sintiendo que cada segundo valía la pena.
Cuando finalmente se separaron, Donna sonrió con ternura— Nos mantendremos en contacto
Dijo susurrando, como si aquella promesa fuera que le daba fuerzas para seguir adelante.
Nicholas asintió, la emoción contenida en sus ojos mientras la miraba. La observó mientras se volvió acercar a la zona de seguridad, su silueta iluminada por las luces frías del aeropuerto. Al llegar al detector de metales, ella se detuvo, girándose para mirarlo una última vez. Le lanzó una sonrisa nostálgica, como si deseara congelar el momento.
