──── En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionando en el amor. chapter nine, omnisciente pov
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─── Nicholas llega a la pastelería de Donna, donde el aroma de brownies recién horneados llenaban el ambiente. El atardecer creaba un ambiente acogedor en el local. Al entrar, es recibido por Donna, que llevaba un delantal colorido.
—¡Hola, Chef!— saludó la rubia— ¿Listo para ensuciarte? Hoy haremos algo muy especial
—¡Por su puesto!— dijo Nicholas, emocionado acercándose a ella— No puedo esperar a ver qué tienes planeado
Donna lo lleva a la cocina, donde varios ingredientes están puestos en la mesa. La emoción en el aire es palpable mientras ella explica lo que van hacer.
—Vamos hacer cupcakes de vainilla— explicó Donna— Con glaseado de chocolate y caramelo, pero vamos personalizarlo y tu vas a elegir la decoración
Nicholas asiente, mirando los ingredientes como si no entendiera que había— ¿Así que puedo hacer lo que quiera? Eso es peligroso
—Oh, lo es— dijo ella, un poco burlona— Pero confío en que no causarás una explosión conmigo, aunque podría ser un gran video para youtube— le dijo, antes de dar un mandil y no tardó en ponérselo
Ambos se ríen mientras comienzan a mezclar los ingredientes. Nicholas intenta seguir las instrucciones de Donna, pero un poco —mucho— de harina termine en su cara y ropa, lo que provoca que Donna se ría a carcajadas.
—Esto es parte del plan para crear un look de chef atractivo— dijo Nicholas, fingiendo estar hablando serio— Las chicas se sienten atraídas por los chefs desastrosos
— Bueno, si ese es el plan, creo que estás en el camino correcto— dijo ella, volteando a verlo fijamente
—Esto es parte de mi estrategia para parecer chico malo— dijo Nicholas, sacudiendo la harina
Donna sonrió burlona— ¿Ahora te crees chico malo? No sé si eso te hace más atractivo o solo más desastroso
—Tal vez un poco de ambos— dijo él, acercándose más a Donna— Puede que solo esté buscando una razón para acercarme más a ti
—¿Y qué más puedes ofrecerme además de un buen espectáculo de cocina?— preguntó Donna, más intrigada— Porque hasta ahora, solo veo tu cara llena de harina
—Ofrezco una mezcla secreta: un poco de peligro, un montón de diversión y, si tienes suerte, tal vez un par de besos— dijo Nicholas con un guiño— Si haces un buen trabajo decorando
