6-. Alimentar es crecer.

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La miraba con esos ojos tan fríos sobre las lentes. Decide mantenerle la dura mirada. Estaba harta de aquel lugar y que todo el mundo la recordara lo patosa que era y lo inservible que resultaba. Y después del incidente ocurrido en la sala de entrenamiento además de todo ello, ya la tenían en la lista negra de las rebeldes junto con el apodo de "Fundio". Todo se ponía cada vez mejor y al parecer el señorito Hook no había tardado en avisar a Lyar para que segun ella la pusiera "a raya".

- Ya tiene usted un aviso señorita. - se quita las lentes y se masajea la cabeza con gestos cansados, llevaba barba de varios días y por lo que parecía Thalia no debía ser su único problema.

- Yo no tengo la culpa de que tenga en la cima a un gilipollas engreído.

- Ian es uno de nuestros mejores alumnos en esta academia. Ha liderado desde pequeño la mayoría de las misiones. - la señala- y usted precisamente no es la adecuada para criticar su modus operanti .

Thalia rueda los ojos y coloca sus piernas sobre el escritorio en señal de rebeldía. Si no podía destacar pos sus habilidades gimnásticas en ese lugar, al menos sabrían que no estaba de acuerdo con nada de lo que hacian y la recordarían como aquella que no les sudaba el culo y la recordarían por ello.

Lyar alza las cejas y se levanta profiriendo un golpe seco de su silla contra la madera vieja. Thalia desde los pocos días que se conocían nunca lo había visto tan cabreado. Siempre se había mostrado como un hombre tranquilo y sin símbolos de estrés, aunque ahora podía diferenciar algunas canas sobre su frente, que sostenían una mata de pelo blanquecino.

- Recibirá su castigo eso sin dudas. Es usted la primera en recibirlo en dos días que lleva aquí. Felicidades.

- Gracias - mejor parecer que le daba igual a mostrarse nerviosa y conseguir que se volviera como los robots de los alumnos que había allí.

- Llamare a alguien que la llevara a las instalaciones donde se sitúan nuestros animales. - pudo notar un tono satisfactorio en su voz. Como si ella no supiera que se trataban de dragones.

Suspira y retira los pies ante los reproches del director. El ruido de una puerta abriéndose detrás de ella la sobresalta.

- Señor me pareció oír que...- Zoe aparece ante la puerta, Thalia nota algo distinto en ella, un ojo morado sobresalía sobre su pálido rostro.

- Supongo que sales de la sala de entrenamiento. - al parecer Lyar también lo había notado- Zoe, si quieres salir del circulo 5, tendrás que entrenar mucho mas, no podemos poner el destino del mundo en manos de cualquiera que se crea superior, ¿entiende?

A la joven se le había cruzado una sombra sobre su rostro, al parecer el comentario de su viejo amigo la había molestado. Sus ojos dorados se habían oscurecido.

- Lo entiendo. ¿Quiere que me ocupe de ella? - señala a Thalia a lo que ella pone los ojos en blanco.

- Oye no tengo seis años. No hace falta que parezca que no se cuidarme sola.

Lyar mira a la joven y abre la boca para decir algo con resentimiento, al parecer se le acababa la paciencia, pero en lugar de ello mira de nuevo a Zoe.

- Aplicale el castigo número 219.

Thalia pudo notar como se le tensaban los músculos. Pero solo fue un segundo, luego volvió a recuperar su compostura firme y autoritaria.

- Si señor. - su voz se vuelve dura y pesada cuando se dirige a Thalia. - vamos novata, seguro que se te quitan las ganas de volver a hacerte la dura.

Thalia se incorpora y a paso pesado y arrastrando los pies a modo de desgana pasa por delante de la joven sin dedicarle una mirada al director.

- Al parecer hay algunas que no se lo hacen lo suficiente. - señala divertida el ojo morado de la joven.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2015 ⏰

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