Capítulo 5

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JiMin no sabía cómo explicar el ciervo muerto en su puerta. Su madre se llevó ambas manos a la boca ahogando un grito y su padre no dejaba de ver el gran animal.

Su lobo interno por otro lado no dejaba de dar brinquitos feliz; cazar para tu pareja no era más que una clara demostración de que tu alfa era un buen proveedor. JiMin sonrió.

— ¡Diosa Luna, es enorme! —Su madre se arrodilló junto al animal y rezo unas cuantas plegarias por su alma— ¡Debe ser un regalo de parte del próximo líder!

El omega borro su sonrisa. No, él estaba seguro que no era de TaeHyung, era de Jungkook, su alfa.

— ¿Por qué lo dejaría sin más en la puerta? —Su padre estaba extrañado y para nada de acuerdo con la idea de su madre—. Además este tipo de cortejo no es originario del pueblo.

Su madre parecía pensarlo.

— Eso no importa. —JiMin le sonrió para después ver el ciervo—. Sea cual sea la razón estaba en nuestra puerta, comamos, seguro sabrá delicioso.

Su padre se acercó al cuerpo para tratar de levantarlo, pero algo lo detuvo.

— Una mordida... —El alfa miro a su familia y señaló las grandes heridas en el cuello del ciervo— el próximo líder no lo trajo —aseguró— seguramente fue la caza de algún animal allá fuera.

— ¿Animal salvaje? —Su madre abrazo a JiMin por instinto.

Su padre asintió y siguió revisando al animal.

JiMin observo el bosque a espaldas de su casa. Recordó a la gran bestia que días anteriores había visto; si bien era cierto que la primera vez le tuvo miedo, ahora la curiosidad lo carcomía. No lo había atacado y tuvo dos oportunidades para hacerlo, solo lo había observado por largos segundos, como si buscará analizarlo, saber cuál era su reacción, además, nadie más parecía haberlo visto.

También su lobo parecía bajar la guardia y ponerse manso, como si supiera que esté no lo dañaría.

— ¿Un lobo? —Susurro el omega ensimismado

— ¿Dijiste algo, cariño? —Su madre lo miro aún con nervios.

— No, nada. —JiMin volvió su vista al bosque—. Mejor entremos.


☪️

JiMin sentía que los días siguientes fueron como agua entre sus dedos. No podía pararlos, pasaban demasiado rápido y conforme iba avanzando la ceremonia de la unión se iba acercando.

Y con ello, también había iniciado el cortejo de Jungkook. Los regalos cada noche eran bonitos detalles que derretían el corazón de JiMin, ya sean collares, flores o tiaras preciosas que adornaron más de una vez su cabeza, sin embargo, su lobo se sintió verdaderamente emocionado cuando el alfa le trajo piel de oso.

Era difícil, por no decir imposible, de conseguir. La piel de oso, en la manada que fuera, era un tesoro muy preciado; no cualquiera se enfrenta a un animal como ese.

— ¡Por la Luna! —JiMin tocó la piel con cuidado— ¡Es una locura!

La risa de Jungkook lo hizo sentir abochornado. Cuando alzó la mirada pudo ver un destello de orgullo en los ojos de Jeon. Casi lucia vanidoso.

— Es para ti, omega. —El alfa lo abrigó con ella y sonrió con ternura al ver lo inmensa que era la piel—. En invierno podrás utilizarla.

JiMin se arrojo a su brazos y lo beso feliz. Nadie había hecho algo así por él. No es que le alegrará pensar que puso su vida en peligro, pero no podía evitar sentirse un omega afortunado al ver lo fuerte y genial que era su alfa.

Malum OmenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora