El silencio en el refugio era absoluto, a excepción del suave zumbido de las computadoras y el sonido constante de los pasos que se aproximaban cada vez más. Jungkook mantenía su postura, con la espalda apoyada contra la puerta metálica, sosteniendo su rifle con firmeza. Cada golpe que resonaba contra la puerta, cada crujido, le hacía pensar que el tiempo se agotaba más rápido de lo que podía imaginar.
"Taehyung, ¿qué está pasando? ¡Necesitamos salir de aquí!" gritó Jungkook, su voz cargada de urgencia. No podía permitir que su misión fracasara en este punto.
Taehyung estaba parado frente a la pantalla, inmóvil, como si estuviera mirando algo que lo había dejado sin palabras. Por un instante, el hacker parecía perdido en sus propios pensamientos, la mirada fija en el brillo de la pantalla que iluminaba su rostro. Jungkook lo observó, intentando entender qué lo mantenía tan quieto. Algo no estaba bien, y el soldado lo sabía.
"Taehyung..." repitió Jungkook, esta vez acercándose a él, la preocupación visible en su rostro. "¿Qué estás viendo?"
Finalmente, el hacker levantó la vista, sus ojos oscuros reflejando una mezcla de shock y algo más profundo, una especie de terror. "No es solo un archivo. Es una carpeta entera... pero es más que eso. Es un protocolo."
Jungkook frunció el ceño, sin entender del todo. "¿Protocolo? ¿Qué significa eso?"
Taehyung comenzó a teclear rápidamente, buscando en la información que había descargado, como si quisiera encontrar algo que le diera sentido a lo que veía. "Es un plan. Un plan para la creación del virus. Pero no solo eso... es un proyecto de control. Ellos no solo querían erradicar a la humanidad. Querían reconstruirla... de una manera que solo ellos pudieran controlar."
Jungkook sentía que la comprensión de lo que Taehyung decía se deslizaba entre sus dedos. "¿Reconstruirla? ¿A quién te refieres con 'ellos'?"
Taehyung suspiró, frustrado, y pasó una mano por su cabello, como si estuviera tratando de ordenar sus pensamientos. "El virus... fue creado por una organización secreta. Un grupo de científicos con la autorización de los gobiernos más poderosos del mundo. Pero no solo buscaban control biológico. También querían controlar la información, la comunicación... todo. La humanidad no se salvará de esto, Jungkook. Ellos quieren que seamos sus marionetas."
Jungkook no podía creer lo que estaba escuchando. La magnitud de las palabras de Taehyung le aplastaba el pecho. Nunca había considerado que algo tan grande pudiera estar ocurriendo detrás de la devastación del virus. Siempre había pensado que el caos era producto de la mala suerte, o tal vez de un accidente, pero ahora... ahora todo tenía un propósito oscuro.
"Esto es..." Jungkook comenzó, pero no encontró las palabras adecuadas. "Esto es peor de lo que imaginé."
Taehyung, con un tono más serio que nunca, miró a Jungkook y le entregó la laptop. "Mira esto. Es lo que acabo de encontrar. Un nombre."
Jungkook tomó la computadora y vio una serie de archivos codificados. Al abrir uno de ellos, vio el nombre de una persona que, en ese momento, no le decía nada. Pero lo que sí le llamó la atención fue el cargo: Director de Proyecto Épsilon. Un cargo de alto rango, sin duda, y más aún, el hecho de que los archivos eran clasificados a nivel mundial.
"¿Quién es este?" preguntó Jungkook, buscando más información.
Taehyung respiró hondo. "Es alguien del más alto nivel. El director de todo esto. El hombre detrás del virus, de la creación del protocolo. Y lo peor... es que está vivo. Está en algún lugar del mundo, organizando lo que queda. Si no lo detenemos, el proyecto Épsilon no hará más que crecer."
Jungkook sintió que una ola de furia y desesperación lo invadía. Todo el sufrimiento que había visto, las vidas que había perdido, no eran solo víctimas de un accidente, sino piezas de un juego mucho mayor. Y esa sensación de impotencia lo abrasaba. ¿Cómo podía enfrentarse a algo tan grande?
De repente, los pasos fuera de la habitación volvieron a escucharse, esta vez más fuertes, más cerca. Alguien estaba intentando abrir la puerta. Jungkook se acercó rápidamente a Taehyung, quien ya estaba guardando la laptop con una velocidad impresionante.
"¡Nos descubrieron!" exclamó Jungkook, mirando por la rendija de la puerta. En ese momento, los primeros golpes comenzaron a sonar, seguidos de voces, algo distorsionadas, provenientes del otro lado. Ya no eran simples infectados.
"Son militares", murmuró Taehyung. "Ellos también están detrás de este lugar."
Jungkook se acercó a la mesa de control y buscó entre los equipos. "Necesito más tiempo. ¿Puedes hackear la puerta?"
"Estoy intentándolo. Pero tenemos que movernos rápido. No voy a poder mantenerla cerrada por mucho tiempo."
El soldado asintió, sintiendo cómo el sudor comenzaba a recorrer su frente. La situación se volvía cada vez más peligrosa, y sabía que no podrían mantener la posición por mucho más. El virus había destrozado el mundo, pero los peores enemigos de la humanidad aún estaban por llegar.
"¿Qué haremos ahora?" preguntó Jungkook, su voz baja, casi como si se estuviera hablando consigo mismo.
Taehyung no miró hacia él. Estaba concentrado en su pantalla, y por un momento, la habitación quedó en un extraño silencio. "Nos vamos. Y no paramos hasta encontrarlo."
"¿Encontrarlo? ¿El director del proyecto?"
Taehyung levantó la vista, y por primera vez, Jungkook vio algo en sus ojos que nunca había notado antes: una mezcla de dolor y determinación. "Sí. Encontrarlo. Detenerlo. Porque si no lo hacemos... todo esto habrá sido en vano."
El sonido de la puerta cediendo hizo que ambos se giraran al instante. Taehyung comenzó a teclear de nuevo, y una nueva puerta metálica se cerró, bloqueando el pasillo por completo. Pero lo que quedaba claro era que, para Jungkook, ya no había vuelta atrás. El camino hacia el enfrentamiento final, hacia la verdad oculta, apenas comenzaba.
"Vamos," dijo Jungkook, con la determinación de un hombre que ya había perdido mucho y sabía que no tenía nada que perder. "La humanidad necesita que peleemos."
Y así, juntos, se adentraron en un mundo aún más oscuro, enfrentando no solo a los muertos que caminaban, sino a los vivos que gobernaban en las sombras.