Jungkook y Taehyung caminaron por las calles devastadas de Seúl, sus pasos resonando en el vacío que había quedado tras el colapso de la ciudad. La quietud era inquietante, como si el mundo estuviera conteniendo la respiración, esperando lo inevitable. Los edificios derrumbados y las llamas que aún ardían en las esquinas de algunas calles eran recordatorios constantes de la magnitud del desastre que se había desatado.
"¿Cómo planeas hacerlo?" preguntó Jungkook, rompiendo el silencio. "Infiltrarte en los sistemas del gobierno no va a ser fácil, ni rápido. La seguridad cibernética está más reforzada que nunca. Es probable que tengas que enfrentarte a algo mucho más grande que simples contraseñas."
Taehyung caminaba unos pasos por delante, sin apartar los ojos de la pantalla de su teléfono móvil, que parpadeaba con números y códigos incomprensibles. "Sé lo que hago", respondió con confianza. "Tengo acceso a una red subterránea, casi impenetrable. El gobierno está demasiado enfocado en detener el virus, y no han prestado atención a sus propios sistemas. Hay fallos. Lo único que necesitamos es un lugar seguro para conectarnos a los servidores principales."
Jungkook lo observó, el escepticismo dibujado en su rostro. Había trabajado con hackers antes, pero ninguno como Taehyung. Este hombre parecía más un fantasma que una persona real, moviéndose entre sombras y cables, sin dejar rastro, con la habilidad para hacer desaparecer cualquier cosa que tocara. A pesar de la situación desesperada, Jungkook no podía evitar preguntarse cómo alguien como Taehyung había sobrevivido hasta ahora.
"¿Y si te descubren?" continuó Jungkook. "Los gobiernos no son conocidos por ser indulgentes con los traidores."
"Eso no será un problema. He logrado eludir sistemas mucho más sofisticados que los de ellos. Solo necesitas confiar en mí."
Jungkook no respondió de inmediato. Sabía que su supervivencia dependía de la información que Taehyung pudiera obtener, pero también sabía que confiar en un hacker durante el apocalipsis no era algo que se tomara a la ligera. Sin embargo, la urgencia de la situación lo llevó a aceptar el plan, aunque con reservas.
Ambos se detuvieron frente a un edificio en ruinas, con la fachada destrozada por el impacto de explosiones cercanas. Dentro, las sombras parecían envolverlos, y los pocos rastros de vida humana que quedaban se ocultaban bajo el peso del miedo.
"Este es el lugar", dijo Taehyung, señalando una puerta reforzada en la esquina del edificio. "Una antigua estación de comunicaciones. Se encuentra fuera del radar del gobierno, y está conectada a una red satelital que todavía no han alcanzado. Desde aquí, puedo ingresar a los archivos secretos."
Jungkook asintió, y juntos entraron en el edificio. El aire estaba denso, impregnado de polvo y el olor de algo que ya no estaba vivo. A medida que avanzaban, Jungkook se mantenía alerta, sus sentidos agudizados por años de entrenamiento militar. Las paredes, ahora desnudas y cubiertas de moho, parecían presionar sobre ellos, pero Taehyung se movía con la calma de alguien acostumbrado a la oscuridad.
Una vez dentro, Taehyung se dirigió rápidamente a una mesa de control, en donde una serie de pantallas parpadeaban en diferentes colores. Con dedos rápidos, comenzó a teclear, y en cuestión de segundos, el sistema empezó a responder.
"Esto no será rápido", advirtió Taehyung sin apartar los ojos de la pantalla. "Pero tenemos que ser pacientes. El sistema está blindado, pero con suerte... lo tendré pronto."
Jungkook observó desde el umbral de la habitación, vigilante. Sabía que la calma de Taehyung era una fachada para ocultar la tensión palpable que ambos sentían. Mientras esperaba, sus pensamientos regresaron a la conversación que tuvieron antes de entrar al refugio. ¿Por qué Taehyung estaba tan seguro de lo que hacía? ¿Qué lo motivaba a arriesgarse tanto, a involucrarse en algo tan peligroso cuando el mundo se estaba desmoronando?
Mientras el sonido de los tecleos de Taehyung llenaba el aire, Jungkook sintió una extraña punzada de curiosidad. Estaba claro que había más en este hombre de lo que mostraba. ¿Por qué me confío a mí?
Pero no tuvo tiempo para más preguntas. De repente, el sonido de un golpe retumbó en las paredes. Los dos se quedaron en silencio, con los ojos muy abiertos.
"¿Qué fue eso?" susurró Jungkook, su mano instintivamente buscando su arma.
Taehyung se volvió hacia él, los ojos llenos de alerta. "No lo sé. Pero no es bueno. Necesitamos terminar esto rápido."
En ese momento, el sonido de pasos resonó desde el pasillo. Rápidamente, Taehyung tecleó algo en la computadora, y una puerta metálica se cerró con un ruido ensordecedor, bloqueando el pasillo de la entrada.
"¡No tenemos tiempo para perder! ¡Apúrate!" dijo Jungkook, con la adrenalina comenzando a correr por su cuerpo.
Taehyung, sin inmutarse, siguió trabajando. El sonido de los pasos se acercaba cada vez más, y el aire se volvía más denso con la tensión. Finalmente, una última serie de comandos hizo que una nueva ventana apareciera en la pantalla de la computadora.
"Listo", dijo Taehyung con voz baja, pero con una sonrisa triunfante. "Lo logré. Ahora tenemos acceso."
Justo en ese momento, la puerta metálica de la habitación comenzó a temblar, y el sonido de los pasos fuera del refugio se intensificó. Jungkook miró a Taehyung, decidido.
"Ahora o nunca."
Con una velocidad que solo un soldado experimentado podía tener, Jungkook se dirigió a la puerta, colocando su espalda contra ella, mientras Taehyung comenzaba a descargar los archivos en su laptop. Las voces de los intrusos fuera de la habitación eran cada vez más cercanas.
"¡Rápido, Taehyung!" exigió Jungkook, sin apartar los ojos de la puerta.
El hacker no se distrajo. Sin embargo, cuando Jungkook miró nuevamente, vio que Taehyung había dejado de teclear. Estaba mirando la pantalla con un rostro serio.
"Esto... no es solo un archivo. Es... algo mucho más grande de lo que pensé."