La ciudad de Seúl, una vez llena de vida, ahora yacía sumida en el silencio y el caos. El cielo estaba cubierto de nubes grises, como si el mundo entero hubiera sido arrastrado a la oscuridad. Las calles, que alguna vez estuvieron abarrotadas de personas y vehículos, ahora eran apenas reconocibles, una mezcla de escombros y edificios colapsados. El aire estaba denso, lleno de polvo y el eco lejano de gritos y disparos.
Jungkook avanzaba a paso firme entre las ruinas, su uniforme militar manchado con el polvo y la sangre de la batalla. Había sido una jornada larga, repleta de enfrentamientos con los infectados. Los hombres y mujeres que alguna vez fueron humanos se habían convertido en criaturas violentas y sin consciencia, como bestias sin alma que solo sabían destruir. Los soldados, aunque bien entrenados, no podían evitar el sentimiento de desolación que se cernía sobre ellos. ¿Qué sentido tenía luchar cuando el enemigo no era ni humano?
Jungkook no tenía respuestas. Solo sabía que su deber era proteger a los pocos civiles que quedaban y mantener la seguridad de la ciudad, aunque se sentía como una tarea sin esperanza. Había perdido amigos, compañeros de armas, en las últimas semanas. Cada uno de ellos, tragado por la marea de infectados, como si fueran piezas insignificantes en un juego mucho más grande que ellos.
Caminaba por la calle principal cuando algo llamó su atención. Una luz intermitente provenía de una tienda de tecnología en ruinas. La puerta estaba entreabierta, y a través de la rendija, pudo ver un brillo extraño en el interior. Cauteloso, se acercó. Su mano se posó sobre el mango de su rifle, listo para actuar ante cualquier amenaza. Había aprendido a no bajar la guardia en este nuevo mundo.
Con un impulso, empujó la puerta y entró. El sonido de sus botas resonó en el interior vacío, pero lo que más le llamó la atención fue la figura de un hombre sentado frente a un grupo de monitores, completamente absorto en lo que estaba haciendo. No parecía estar consciente de la presencia de Jungkook.
"¿Quién eres?", preguntó Jungkook, su voz grave y firme.
El hombre, sin mover una ceja, no levantó la vista. Su respuesta fue simple: "No tienes idea de lo que está pasando, ¿verdad?"
Jungkook frunció el ceño. ¿Un civil en medio de todo esto? El hombre no parecía tener el aspecto de un sobreviviente común. Su rostro era joven, más bien delgado, con unos ojos profundamente enfocados que no mostraban miedo. Su ropa era algo gastada, pero no parecía estar tan desgastada como la de otros sobrevivientes.
"¿Qué haces aquí?", preguntó Jungkook, desconfiado. No tenía tiempo para perder con curiosos, pero algo en el ambiente le decía que este hombre sabía algo que él no.
"Soy Kim Taehyung", respondió sin dejar de teclear frenéticamente en su ordenador. "Y no tengo tiempo para hablar. Estoy tratando de detenerlo."
Jungkook se acercó, desconfianza palpable en su mirada. "¿Detener qué?"
"El virus", respondió Taehyung, finalmente apartando los ojos de la pantalla para mirarlo por primera vez. "Sé cómo comenzó. Y sé cómo detenerlo. Pero necesito acceso a más información."
Jungkook sintió una ola de incredulidad. ¿Un hacker? ¿En medio de la crisis, este tipo se creía capaz de detener una pandemia mundial? "¿Estás loco?", gruñó Jungkook. "Lo único que podemos hacer ahora es sobrevivir."
"Exacto", dijo Taehyung, levantándose lentamente de la silla y mirando a Jungkook con una intensidad desconcertante. "Y si no hacemos algo pronto, no habrá nada que sobrevivir. Este virus no es natural, no es un accidente. Fue creado. Y ahora mismo, todo lo que hacen es intentar cubrir sus huellas."
Jungkook lo observó con más atención. Algo en las palabras de Taehyung lo tocó, aunque no quería admitirlo. Había escuchado rumores, pero nunca había considerado que pudiera haber algo más detrás de todo esto. Si este hombre realmente sabía algo, podría ser la clave para entender cómo detener el caos.
"No sé quién eres", dijo Jungkook finalmente, "pero si tienes una forma de detener todo esto, me tienes de tu lado."
Taehyung sonrió levemente, como si hubiera esperado esa respuesta. "Sabía que me entenderías."
Jungkook dudó por un segundo antes de dar un paso adelante. "¿Y qué hay de los infectados? ¿Crees que podemos detenerlos también?"
"Eso es lo fácil", respondió Taehyung. "Lo difícil será detener a los que están detrás de todo esto."
Jungkook asintió lentamente. Sabía que lo que Taehyung decía tenía algo de lógica. Si el virus había sido creado, entonces alguien lo había liberado deliberadamente. Y ese alguien no solo quería destruir a la humanidad, sino que tenía un plan más grande. Un plan que debía ser detenido antes de que fuera demasiado tarde.
"No tenemos mucho tiempo", dijo Taehyung, ya dirigiéndose hacia la puerta. "Nos vamos ahora. Si no conseguimos acceso a los archivos del gobierno, todo estará perdido."
Jungkook lo siguió, no sin antes echar un último vistazo a las sombras que se movían en las calles, sabiendo que en cualquier momento, el peligro podría aparecer. Pero había algo diferente en Taehyung. Tal vez no era un soldado, pero tenía algo que Jungkook no podía ignorar: inteligencia, visión, y una determinación inquebrantable.
"Vamos", dijo Jungkook, poniendo su mano en el arma. "Te protejo. Pero no me hagas perder el tiempo. Si te metes en problemas, no dudaré en dejarte atrás."
Taehyung lo miró con una sonrisa irónica. "No te preocupes. Estoy acostumbrado a hacer el trabajo sucio. Tú solo sígueme."
Y con esa simple interacción, dos hombres que no tenían nada en común, pero que compartían una causa común, comenzaron su travesía juntos. El fin del mundo estaba comenzando, pero tal vez, solo tal vez, aún quedaba una pequeña chispa de esperanza.