Después de una larga clase tengo un largo descanso, lo cual agradezco. Camino de forma tranquila hasta el sala de profesores y mientras me acerco puedo ver como Borja está en la puerta, pero no ésta solo sino que lo acompaña Raúl. Parece que se están despidiendo, el chico del piercing pone su mano sobre la mejilla de mi amigo y este ríe. Está completamente pillado.
Me acerco dejando claro que llego y rápidamente Borja se separa de él, el cual se despide y me deja solo con mi amigo, yo decido que es mejor no mencionar nada. Tras prepararnos algo de beber nos sentamos juntos en la mesa para hablar sobre cualquier cosa, mientras hablamos la puerta de la sala se abre y aparece Samuel al otro lado.
-Buenos días chicos -saluda con una sonrisa radiante.
-Buenos días, Samuel -respondo devolviéndole la sonrisa.
Mientras el pelinegro se dirige a hacerse un café veo como Borja nos mira a los dos con total incredulidad y no lo culpo por ello. Pasa la mirada de uno a otro y por último se para en mí, levanta la ceja y me dedica la expresión más rara que lo he visto poner.
-Suerte en el descanso -se despide Samuel-. Me voy antes de que llegue tarde.
Borja se despide de él y en el mismo momento que la puerta se cierra ya se dispone a interrogarme.
-¿Qué narices ha sido eso? -pregunta sin tardar ni un segundo.
-Nada, solamente nos hemos saludado.
-Pues por eso mismo y encima os habéis sonreído -continúa aún sin creérselo.
-Ayer hablamos un rato y decidimos que vamos a intentar llevarnos bien. Dijo algo así como volver a cuando nos conocimos, pero tampoco creo que quiera volver a esa situación -le cuento restándole importancia.
-Rubén no creo que ese saludo haya sido un vuestra decisión de llevaros bien -responde levantando la ceja-. Cuando lo has visto te ha salido la sonrisa sola.
¿Sola? No sé simplemente he pensado en lo que dijimos en que íbamos a saludarnos bien y no tratarnos mal. No puedo negar que me ha gustado verlo sonreír, me ha dado cierto sentimiento de satisfacción como si hubiera conseguido algo muy difícil.
-No creo, solo quiero ser majo.
-A ver si vas a ser ahora demasiado majo con Samuel -comenta con cierto tonito que no me gusta nada-. A lo mejor te empieza a gustar a ti.
-Pero ¿Cómo va a gustarme a mí? Que intentemos llevarnos bien no significa que me vaya a gustar.
Mi mente me traiciona y por unos segundo me permite pensar en su forma de sonreír o en la cara que pone cuando se concentra o en cómo se pone esas gafas que tan bien le quedan. Antes de seguir pensando esas cosas me despido por un rato de Borja con la excusa de ir a la biblioteca a por un libro.
...
Está siendo una tarde tranquila, Samuel busca algunos libros en las estanterías de su despacho mientras yo ojeo el libro que he sacado de la biblioteca solo como excusa para cerrar el tema de Samuel. La verdad es que no encuentro nada y me da mucha rabia haberme pasado media tarde leyendo esta cosa para que no sirva de nada.
-Oye ¿tú crees que esto puede servirnos? -lo llamo haciendo que se acerque.
El chico se pone justo detrás de mí y se apoya en la mesa, lo tengo muy cerca, tan cerca que si todo se queda en silencio puedo notar el latido de su corazón. Pone su cabeza justo al lado de la mía y entorna los ojos para poder bien lo que leo, me esfuerzo mucho por no mirarlo porque sé que si me giro estaré muy cerca de su cara.
-Esto puedo estar bien -dice señalando una parte de la página- ¿Qué te parece?
Mi cabeza no se concentra ahora mismo, es incapaz de fijarse en otra cosa que no sea la distancia entre nosotros. Noto como Samuel gira la cabeza, quedando a muy poco centímetros de mí. Rubén no te gires.
-Rubén -me llama y como si se tratara de una orden muevo la cabeza quedando en frente de él- qué si te parece bien.
No sé muy bien que responder, no sé ni lo que me estaba señalando y ahora me encuentro en una lucha interna por no dejarme hipnotizar por los ojos violetas que están fijos en los míos. Noto como el corazón se me acelera poco a poco y como, por mucho que lo intente no puedo apartar la mirada del contrario.
-¿Eh? Sí, sí está bien -respondo a duras penas.
-Entonces yo voy a seguir con mi labor.
Se separa de mí y es como si pudiera volver a respirar, como si durante estos segundos hubiera estado aguantando la respiración. Noto que el corazón se me va a salir del pecho, no entiendo porque me pasa esto, es Samuel, el mismo Samuel con el que discutía cada dos segundos hace poco más de tres días.
Necesito despejarme, así que me levanto para salir un rato, lo que me falta es una buena excusa.
-Creo que voy a por un café ¿quieres algo? -pregunto con ganas de salir ya del despacho.
-Sí, si no te molesta me gustaría otro a mí -responde apartando la mirada de los libros.
-Café solo con dos cucharadas pequeñas de azúcar ¿no?
Asiente y me dedica una media sonrisa.
-¿Ves como no es tan difícil acordarse de esas cosas? -me dice como si me estuviera intentando decir algo.
No, no es tan difícil, pero aún así él no se acuerda del café que pide Borja, lo cual no me molesta, es más, me gusta que solo se acuerde de como lo tomo yo por algún motivo.
-Samuel -"perdón por todos estos años que he sido un imbécil contigo" quiero decir-, traeré también algo ligero de comer.
Me gustaría pedirle perdón por hacerlo pensar que jugaba con sus sentimientos, por no haber intentado adivinar el porque de su distanciamiento y solamente haberme unido a ello por puro orgullo.
Salgo del cuarto y me quedo con una sensación muy rara en el pecho, como si hubiera algún tipo de vacío en él del que no me puedo deshacer. No entiendo que me está pasando ahora.
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Profesionalidad [Rubegetta]
FanfictionDonde Rubén es profesor de universidad con una forma peculiar de enseñanza o donde Samuel no soporta a su compañero de trabajo. 💛 -----------No estoy shippeando a los youtubers, sino a sus personajes dentro del rol de karmaland y aún así no se pare...