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-Quita esa cara de culo hombre -me dice David al verme remover con lentitud el interior de mi taza- ¿Qué pasa?¿No vas a poder ver a Samuel este mes?

He quedado con David a tomar algo, hace un par de semanas que me fui de Cambridge y sigo sintiéndome bastante extraño. Por una parte estoy feliz de haber estado con Samu, de haber pasado tantos días juntos y de haber disfrutado a su lado, pero por otra parte sigo algo preocupado con el tema de James, lo cual me hace sentir una persona horrible.

-¿Puedo contarte una cosa? -pregunto dirigiendo mi mirada a esos penetrantes ojos miel muy similares a los de los búhos.

-Claro, para eso estoy ¿no?

Puede que la mayoría del tiempo esté bromeando o diciendo tonterías, pero David es muy buen amigo, siempre sabe como animarme y da buenos consejos a pesar de que parece que no sabe tomarse las cosas en serio.

-El fin de semana que fui conocí al amigos de Samuel y me he sentido horrible desde entonces, era guapísimo y encima siempre estaba sonriéndole y no sé, me daba la sensación de que se acercaba demasiado a él -confieso notando la atención de David.

-Rubén -me llama serio-, es normal, yo también me sentiría así. Aunque parezca que soy un tío confiado yo siempre he tenido muchos celos con Alex y no me enorgullece para nada, por eso siempre los he controlado bien, pero hay ciertas cosas que son normales, como lo que me estás contando.

Me sorprenden sus palabras, porque es verdad, no parece un chico celoso para nada, él siempre está bromeando con nosotros al igual que Alex y jamás he notado una pizca de inseguridad o celos. Aún así lo que me dice me consuela un poco.

-No sé, tampoco quiero hacerlo sentir mal, es su amigo más cercano allí -comento pensativo, de verdad que no quiero cagarla con Samuel.

-A mí lo que más me ha ayudado es hablar las cosas, eso siempre funciona, pero tienes que ser sincero con él -aconseja con seriedad-. Si eres honesto te entenderá y no tiene porque dejar a su amigo, solamente puede hacer que te sientas más seguro que eso nunca viene mal.

Le damos un par de vueltas más al tema y luego decido que es momento de parar, aunque David me está ayudando bastante prefiero dejarlo a un lado y terminar la tarde con algo más animado y con nuestras bromas usuales. Me cuenta alguna que otra tontería que han hecho este fin de semana y luego algunos cotilleos de sus compañeros de trabajo. Es una buena tarde. 

Cuando vuelvo a casa no tardo en recibir la llamada nocturna con Samuel, charlamos un rato sobre nuestro día mientras cenamos en videollamada, hacer esto después de haberlo tenido tan cerca es algo duro pero ya queda menos para que se acabe. 

Dudo en contarlo lo que he hablado con David, sé que debería para poder cerrar este tema y solucionarlo, pero no quiero que todo salga mal y discutamos, odio discutir con él.

-Estás algo disperso ¿te encuentras bien? -pregunta como si me leyera la mente.

-Sí, estoy genial, solo estaba pensando.

-¿En qué? Cuéntame -pide apoyando sus codos sobre la mesa y luego apoyando su barbilla en las manos, centrando toda su atención en mí.

-Son tonterías, no tiene importancia, sigue con lo de tu serie, es más interesante.

El chico al otro lado de la cámara frunce el ceño y veo como sus bonitos ojos violetas me miran dudosos. Sé que no se cree nada y que no va a aceptar mi respuesta, pero tampoco quiero hablar esto ahora.

-No te guardes todo para ti, siempre haces eso y al final nunca me cuentas lo que te preocupa -dice poniendo una expresión comprensiva, sus palabras son suaves pero aún así, por algún motivo, me molestan.

-Es que ya te he dicho que no es nada -contradigo-. Estoy bien, de verdad.

-Sé cuando me mientras y ahora lo estás haciendo -responde un poco molesto por mi respuesta.

No quiero decirle nada, no tengo derecho a replicarle nada sobre su amigo, pero sé que no se va a cansar de insistirme y eso solo llevará a que peleemos.

-Estaba pensando en tu amigo -confieso a regañadientes.

-¿Sigues pensando que le gusto? -pregunta entre sorprendido y divertido, como si le idea le pareciera ridícula.

Odio cuando hace eso, cuando se piensa que tiene razón siempre y a veces no es verdad, sé que es muy inteligente y eso no se lo puedo negar pero hay muchas cosas que él no puede ver y yo sí y esta es una de ellas.

-Sí, porque le gustas -suelto con mucha seguridad-. Es más, me sorprende que aún no te haya dicho de quedar esta semana.

-Lo ha hecho, tenía pensado contártelo ahora, me ha invitado mañana a su casa a ver un partido de fútbol -anuncia como si estuviera intentando quitarme la razón cuando me la está dando por completo.

-¿Ves? Encima te invita a estar a solas en su casa -digo ahora frustrado porque sé que no va a cambiar de parecer.

-¿Prefieres que no vaya? -pregunta serio.

Sé que si le digo que no vaya no irá y puede que yo tampoco lo esté explicando todo de la mejor forma posible, pero por algún motivo me estoy enfadando, tengo claro que Samuel echaría a esa persona de su vida si a mi no me gusta, pero no quiero que haga eso, quiero que me entienda.

-No he dicho eso, puedes ir -suspiro cansado-, pero quiero que lo veas.

-Ya te dije que a mí solo me gustas tú, no creo que le guste, pero en el caso remoto de que le guste yo jamás lo correspondería -contesta acercando la mano a la pantalla, como si por reflejo fuera a ponerla encima de la mía, ese gesto me hace calmarme un poco.

-Da igual, no es importante ya te lo he dicho, si tú dices que no hay nada ahí te creo -acepto sin querer continuar esta conversación-. Es mi inseguridad y ya seguramente.

-No quiero que te sientas menos que nadie jamás, tú eres mi todo y el chico más guapo y atractivo del mundo, por eso estoy contigo.

Acepto en parte sus palabras, sé que está siento honesto conmigo y que lo que dice lo piensa de verdad pero algo dentro de mí sigue poniéndose en lo peor.

Profesionalidad [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora