Enciclopedia de Monstruos

Capítulo 8

— Entonces me atreveré a reportar lo sucedido a su majestad.

— ¿Su Majestad? ¿Qué es lo que ...?

— El hecho de que el Conde Ameli me presentó a alguien para que sea mi discípulo.

Sabía que nunca perdería su sucia terquedad con nadie. Ver al Conde caer paso a paso debido a las contradicciones en sus palabras... Fue espectacular. Para ser honesto, fue una pena verlo solo, por lo que quería abrir la ventana de inmediato y gritar a todos en el vecindario que vinieran a ver.

Destrozado porque su orgullo había sido pisoteado, el Conde apenas esbozó una sonrisa con un rostro rojo brillante como la carne cocida.

— Jajaja… Valoraba mucho a este pobre sirviente, así que úselo de la mejor manera que guste profesor.

— Sabía que un Conde con un corazón generoso lo entendería.

Con una sonrisa en su boca, Aslan primero le ofreció al conde un apretón de manos. Podía sentir la tranquilidad del ganador de la discusión.

— Con gratitud, tan pronto como regrese al laboratorio, le enviaré algunos de sus libros favoritos.

Sin embargo, el Conde no pudo controlar su frente temblorosa como un árbol de álamo, incluso mientras le daba la mano.

— Así que espero que esta vez no sea solo una decoración.

Mantener una cara sonriente hasta el final era lo último que podía hacer por su orgullo. A través de sus párpados curvados, los ojos con el orgullo herido ardían con fuerza.

¿Qué haces después de estar mucho tiempo sentado en una casa en llamas? Solo provocar más chispas.

— Trabajaste duro para preparar el almuerzo, pero no creo que pueda estar contigo porque tengo un horario que cumplir de inmediato.

— Eso es muy desafortunado.

— Gracias una vez más por su disposición a cooperar en la investigación de monstruos.

— ja ja… Sí…

Aslan, tomando el bastón que estaba apoyado en el sofá, me miró por un momento y siguió adelante. Al notar su intención, lo seguí fuera de la sala de espera sin mirar atrás.

Nadie se interpuso en el camino, nadie me detuvo. Eso fue todo.

¿Puedo dejar al conde así? ¿Se suponía que iba a ser así de fácil? Cuando su cuello dependia solo de él, incluso pensó que tendría que escapar los Caballeros Schffen con las manos desnudas, pero Aslan destruyó al Conde con solo unas pocas palabras. Encontró la inconsistencia y profundizó en la brecha. Fue realmente un método inteligente, así que tenía aún más curiosidad.

¿Qué tipo de persona es él? ¿Es solo por la relación de cuando se conocieron en la librería? ¿O simpatía por un sirviente que no puede decir nada estando bajo el mando del Conde?

Justo cuando estaba a punto de caer en pensamientos profundos, un objeto blanco rozó mis ojos. Asustado hizo un sonido extraño de “¡Huee!” y me pegué a la pared como un marco delgado. Aslan miró tardíamente a su alrededor con los ojos muy abiertos, luego alejó su mano y movió las comisuras de la boca.

— ¿En qué estás pensando tanto?

— …¿Si?

— Entonces, ¿cuándo puedo escuchar la respuesta a cómo has estado?

Las pulcras cejas se elevaron lentamente. Pensando que lo había frustrado, respondí con tanta valentía como un caballero de alto nivel.

— ¡Por supuesto que he estado bien!