𝐆𝐈𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐕𝐔𝐄𝐋𝐓𝐀

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ESTE CAPÍTULO CONTIENE AGRESION Y VIOLENCIA SEXUAL! ESTA BAJO TU RESPONSABILIDAD LEERLO.*




LE DIO GOLPES en la espalda para que la soltara, pero no le hizo caso. Su mente la hizo pensar en muchas cosas que podrían salir mal, pues ya había sufrido las conmociones de su agresión anterior.

Todo a su alrededor se desvaneció mientras las posibilidades de su mal humor inundaban su corazón.

Cuando su garganta agria encontró su voz áspera, la única persona que sintió que era su salvadora, era la mujer de buen corazón, cuyo hijo la llevaba como una muñeca sin vida utilizada para su propia diversión.

—¡Mary!. —Gritó pateándole el estómago con las rodillas mientras con la mano izquierda pedía la amable presencia de su suegra.

—¡Cassandra! ¿Qué pasó? ¡Ay dios! Alexander, suéltala ahora. ¿Esto es lo que te enseñé? ¿Así es cómo te comportas con tu prometida? SUÉLTALA, AHORA.

Ignorando la presencia de su madre, aunque su tono duro y preocupado le puso rígida la espalda y aminoró el paso, habló sin inmutarse; —Mamá, no te metas, ella es mía y puedo hacer lo que sea con ella, NADIE tiene derecho a impedir reclamar lo que es mío.

Hijo, no le hagas daño. Por favor bájala. —Apresuró el paso y alcanzó a su hijo, que se acercaba a la habitación.

—¡Mary, por favor. —Le suplicó con el corazón en la mano, todavía colgando de su hombro, pero antes de que ella pudiera arrebatarlo o darle más ordenes, él le cerró la puerta en las narices.

Ahora sabia que si su madre no podía detenerlo, entonces nadie podría.

—Alexander, lo siento. Déjame en paz. Te escuchare, haré todo lo que quieras que haga. —Suplicó con voz firme, sin abandonar la esperanza que lentamente parecía desvanecerse.

—Esto es lo que quiero, amor. Coger es lo que mejor hago, aparte de arrebatar vidas. —Dijo orgulloso de sí mismo por ser el hombre del poder, el hombre del control.

—Por favor. —Ahogándose en sus lágrimas, se negó a dejar de suplicar incluso cuando su autoestima parecía suicida.

—Déjala ahora mismo. —Escuchó a Mary gritar desde el otro lado de la puerta mientras la golpeaba con fuerza.

—¿Por qué tanto alboroto?. —Preguntó Peter, quien finalmente decidió tomar cartas en el asunto.

—¡Peter! Pídele a tu hijo que tenga piedad. ¿Por qué se comporta como un lúnatico? Ordénale que la deje ir. Yo no lo he criado para ser un violador. De todo eso, es lo único que pedí que no fuera. Por favor, detenlo antes de que sea tarde.

Aprovechando que el monstruo se le escapaba, al oír la voz derrotada de su madre, intentó escapar de sus garras.

—¡Quédate quieta!. —Le advirtió  con los dientes apretados y apretó su agarre mortal debajo de su trasero.

—¿Por qué, cariño? ¿Por qué debería hacerlo? Ahora ella es suya. No es asunto tuyo ni mío.

—Pero Peter..

—Querida, es hora de ir de compras. Querías comprar algunas cosas para navidad, ¿no es así?.

—¡Peter! Me prometiste que lo qué pasé hace años no se repetiría con mi nuera.

—¿No escuchaste lo que te dije? No te metas en la vida amorosa de mi hijo. —Le advirtió mientras sus palabras se desvanecían rápidamente.

¿No fui demasiado ingenua al pensar que él padre sería menos que su sangre?.

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⏰ Última actualización: Nov 12 ⏰

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