𝐔𝐍𝐀 𝐀𝐃𝐎𝐋𝐄𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓𝐄 ingenua se desvía de su camino y visita un club que no debería. Atrapa la atención del hombre más terrible del mundo.
En el club la espera el rey del inframundo. Pero, cuando la chica a la que no puede resistirse se emp...
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HUIR, una alternativa elegida cuando ya no queda ninguna posibilidad, cuando se quieren intentar enderezar las torcidas eventualidades de la vida, cuando la capacidad de usar la mente se ha perdido hace tiempo.
Cassandra quiere volver a ser la estudiante adolescente que no tuvo que cargar con la vida de muchas personas sobre sus frágiles hombros. Prefiere correr, alejarse de la vida. Sólo por culpa de la persona vil que adoraba la sumisión más de lo que debería.
—Mamá, ¿por qué no lo entiendes? No puedo luchar contra él sola. —Dijo golpeándose las rodillas mientras enderezaba la espalda en el sofá; la frustración era claramente evidente en su voz.
—Cariño, sabes que no tengo otra opción. Tú padre está decidido a quedarse aquí, en esta casa. —Respondió lentamente, con el cansancio reflejado en su voz.
—¿Donde está? ¿Por qué tiene que ser tan inflexible?. —Se quejó, incapaz de calmar su agitado corazón.
—Cassandra, él está arriba, en su estudio. Se niega a mirarme a los ojos, y mucho menos a escucharme. Deberías intentar hablar con él, tal vez escuche a su hija favorita. —Sasha suspiró mirándola a los ojos, todavía creía que ella era la razón de su desgracia y sus padres no estaban haciendo nada para calmarla, dejaron de interactuar con ella desde esa fatídica noche.
Pero sinceramente no fue culpa de nadie más que del demonio. No se puede obligar a nadie a ceder, solo porque se puede. El matrimonio no es un juego de un solo hombre, deben participar en el dos corazones de manera equitativa.
Torciendo un poco el cuello, la rubia hablo con su mamá que acababa de dirigirse a la cocina, ya que se negaba a reconocer a su primogénita.
Respirando con fuerza, dejando que su ira se desatará, gritó; —Basta con esa hostilidad, mamá, ya se disculpó cien veces por el error que nunca cometió. Voy a tener una charla con papá, espero que puedas terminar con la tortura. Después de todo es su derecho por ser la hija mayor de la familia. —Dándole unas palmaditas en los hombros encorvados de su hermana, que estaba ocupada secándose las lágrimas discretamente, se alejó para ver a su padre.
¿Por qué es tan terco?.
Antes, su padre no era así, siempre pasaba desapercibidas las faltas de sus hijas y también se aseguraba de darles lo que querían, siempre. ¿Que ha cambiado ahora?.
Entre su familia, Cassandra ha sido considerada su hija favorita, gracias a que compartía los mismos genes y a que tienen un comportamiento idéntico.
No quiere nada más que alejarse de la mafia, para poder limpiar su mente y encontrar formas de luchar contra la suciedad rígida que no quiere dejarla sola.
Pero cuando mis seres queridos no están dispuestos a apoyarme en mi esfuerzo, ¿cómo puedo dar un paso más?.
Mientras se encontraba absorta en la búsqueda de diferentes lógicas que explicaran por qué su padre había cambiado, se encontró de pie frente a la enorme puerta de madera que le impedía entrar al estudio. Sonriendo, llamo a la puerta.
