Capítulo 1- Mi... 'Compañero'

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Me desperté por culpa de un pequeño rayo de sol que se asomaba por mi ventana. Me costó abrir los ojos, y cuando lo hice alargué la mano hasta mi móvil, encima de la mesa de noche.

Miré la hora.

-Oh, no... -susurré, aunque al final acabé gritando-. ¡No, no, no!

Llegaba tarde a la reunión del grupo.

Me levanté y me cambié de ropa lo más rápido que pude. Después de hacerme una coleta rápidamente, cogí los primeros zapatos que tenía en el armario y me los puse. Salí corriendo de mi habitación sin parar en la cocina a desayunar.

Abrí la puerta de mi casa y eché a correr calle abajo hasta llegar a la casa que buscaba, la de Brenda, mi mejor amiga. Ahí hacíamos todas las reuniones del grupo.

Llegaba veinte minutos tarde y teníamos muchas cosas de las que hablar.

Llamé un par de veces a la puerta. Me abrió Brenda, era rubia y bastante guapa, la verdad.

-¡Brenda! -dije, jadeando. Había corrido más de lo normal-. Perdón por llegar tarde, me he quedado dormida.

-Deberías apartarte un poco de las teclas del portátil y dormir más -me respondió ella con una sonrisa.

Entramos y fuimos directas al pequeño salón en el que nos esperaba el resto del grupo: Liam, Nolan y Kayla.

-Melanie, acaba de llamar un chico que está interesado en entrar en este grupo -me dijo Liam, él era moreno y muy alto.

-Genial, ¿quién es?

-Se llama Cameron Walk -me empezó a decir-. Es un chico de diecinueve años, como nosotros, moreno y de ojos verdes. Escribe novelas de misterio y tiene más de nueve millones de visitas en su página web.

-Parece bueno -contesté.

Necesitábamos a alguien más en el grupo, éramos cinco famosos escritores de novelas pero buscábamos a otra persona más. Y tenía que ser famosa por las historias que escribía y ser un adolescente, y encontrar a alguien así era complicado.

-Va a venir en cinco minutos -soltó Liam de repente.

-¿En cinco minutos? -grité-. ¿Por qué no me habéis avisado antes?

Teníamos que preparar muchas cosas para la feria de libros que iba a haber mañana, y a la que íbamos a acudir nosotros. No podíamos recibir a nadie en ese momento.

-Lo siento -dijo Liam-. Acaba de llamar. Al parecer está muy ocupado con su novela y sólo puede venir ahora.

De pronto, sonó el timbre. Yo miré a mis amigos, y luego fui gruñendo hasta la puerta. La abrí y me encontré con un chico alto, moreno y de ojos verdes.

Supuse que era Cameron.

-¿Eres Cameron Walk? -pregunté.

-Así es -dijo, sonriendo-. ¿Quieres un autógrafo?

-Normalmente soy yo quien firma -le respondí, indiferente-. Soy Melanie Blair, dirijo el grupo.

Abrí más la puerta para que entrara, y luego la cerré.

Entramos en el salón.

-Chicos, este es Cameron Walk.

Todos mis compañeros se levantaron y se presentaron.

-¿Puedo ir al baño? -preguntó Cameron.

Brenda asintió y él se fue.

-Mel -dijo Nolan, un chico rubio y bajito-, creo que sería buena idea que Camerón y tú llevaseis el grupo juntos.

-¿A qué te refieres? -pregunté.

-Eres la directora del grupo y ahora somos seis. Quizás necesites algo de ayuda para dirigirlo. Todos sabemos que Cameron es casi tan conocido como tú en internet.

¿En serio? Cameron no sabía nada del grupo, no creía que pudiese ser director.

-Nolan tiene razón -le apoyó Kayla, una chica morena y un año menor que todos nosotros-. Puedes enseñarle cómo funciona el grupo, y podéis ser compañeros. Dos directores del grupo.

No era mala idea, pero acababa de conocer a Cameron...

-Venga, Mel! -gritó Kayla.

-Pero Kay, ¿compañeros?

-No es mala idea -añadió Brenda.

Genial, todo el grupo opinaba lo mismo excepto yo. Perfecto.

-Está bien -cedí al final.

Entonces entró Cameron. Miré a mis amigos, quienes no dejaban de hacerme gestos con las manos y con la cara para que hablase con él.

-Cameron -dije, fulminando a mis amigos con la mirada-, ¿podemos hablar un momento?

Él asintió con la cabeza y salimos del salón.

-Hemos pensado que podrías ser mi compañero. Como un segundo director del grupo.

-¿Y qué hace un compañero?

-Trabajar conmigo. Ayudarme.

Él asintió con la cabeza.

-Pero no te pongas muy mandona -me dijo.

-¿Mandona? -espeté-. ¡Yo no soy mandona!

-¿De verdad que no quieres que te firme un autógrafo?

Ese chico me estaba poniendo cada vez más nerviosa.

-¡Qué no!

Entre en el salón de mala gana. Brenda me miró, asombrada. Puse los ojos en blanco.

Enseguida entró Cameron mientras se reía.

-¿De qué te ríes ahora, payaso? -pregunté.

-De nada, payasa.

Suspiré y me volví hacia mis amigos.

-No nos hagáis caso, seguid preparando las cosas de mañana.

Ellos asintieron. Me di la vuelta y miré a Cameron.

-A ver, mañana tenemos que ir a una feria de libros muy importante -empecé a decir-. Habrá que ir en autobús. Iremos todos nosotros juntos, así que tienes que estar aquí a las nueve de la mañana. ¡No te olvides!

-Tranquila -me dijo él-. Yo tengo memoria de escritor.

-¿Qué quieres decir?

-Que me acuerdo de lo que me interesa.

Suspiré antes de decirle:

-Pues espero que la feria te interese.

Al final del día, ya teníamos todos los bolígrafos preparados (sí, teníamos bolígrafos especiales para firmar libros), ya habíamos encargado un 'puesto de libros' en el lugar de la feria -el cual habíamos confirmado por lo menos tres veces- y otras muchas cosas que nos habían llevado la mayor parte del día.

Todos mis amigos se fueron a sus casas, pero yo me quedé un rato más en la de Brenda.

-¿Qué piensas de él? -me preguntó ella, sentándose en el borde de la colcha rosa.

-¿De Cameron? -pregunté, y ella asintió-. Es estúpido. Me ha dicho que no sea mandona, ¡y ni siquiera me conoce!

Mi amiga se rió.

-A lo mejor le molas.

-No, créeme que no -dije, riéndome con Brenda-. Te aseguro que eso no es amor.

Tengo Memoria de EscritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora