Amor en línea [Love#3] ✔️

♡Capítulo 47♡

"Lo que más me gusta de vos es algo que no habrá tiempo capaz de quitártelo."

-Mario Benedetti.

CAPÍTULO 47
♥︎Sentirte a mi lado♥︎

Los aeropuertos ven más besos sinceros que las bodas, los muros de hospitales han escuchado más oraciones reales que las iglesias.

Finalmente, el día de volver a Estados Unidos llegó. Mis tres amigos caminan por el aeropuerto delante de mí y de Nacho, mientras sostengo la mano del chico de ojos verdes, tratando de estar con él hasta el último segundo.

No vamos a volvernos a ver hasta las vacaciones de verano, posiblemente hasta el primer mes del año que viene. Y eso me causa desesperación y tristeza. Estar acá en Brasil, conocer el entorno en donde vive, en donde pasó toda su infancia, de alguna manera hizo que me conecte todavía más con él. Ver todo lo que estoy sacrificando por mi futuro siempre es difícil, pero con todas las fuerzas del mundo pido que todo valga la pena.

Nuestros pasos paran, me paro de costado y lo miro. Ya es hora de irme, y me duele, porque me gustaría que él viniera conmigo o yo poder quedarme.

Los chicos y Nahir se paran a nuestro lado, hace varios minutos que ya entregamos las valijas, es hora de subir, pasar por el control y esperar el vuelo, pero Nacho ya no puede venir con nosotros.

Mis ojos se cristalizan cuando lo veo triste y tenso, sus labios tiemblan y mi corazón da un vuelco. Inmediatamente me abraza y cuando recibo su abrazo comienzo a sollozar con mi rostro escondido en su cuello.

Es inevitable, estuve conteniendo estas emociones por muchas horas, ya no aguanto tenerlo lejos, ya me acostumbre a él.

Nacho me da un corto beso y se aleja para hablar con Nahir por unos minutos, luego habla con Alex y Mateo, se despide de los dos y cuando vuelve conmigo lo noto más calmado.

Se acerca a mí, acuna mi rostro con sus grandes manos y levanta mi cabeza por el mentón para que lo mire.

—No llores, preciosa. Todo va a estar bien.

Simplemente asiento y vuelvo a abrazarlo. Siento su pecho comenzar a sacudirse y comienzo a reír como tonta. Por su culpa parece que soy bipolar.

—¿No era que no había que llorar?

—Cállate —me dice con una sonrisa de boca cerrada y me empuja por el hombro juguetonamente.

—Cállame.

En el momento que le digo eso sus manos suben desde mi cintura a mis cara de nuevo y vuelve a besarme, esta vez el beso no es corto, es más largo y lento; siento como a través de este me transmite algo tan lindo y reconfortante.

—Escribí algo para vos.

Nacho levanta las cejas, luego sonríe y yo saco el pequeño papel del bolsillo trasero de mi pantalón. Con una sonrisa le entrego el papel y él lo recibe, me da un beso en los nudillos de los dedos y comienza a abrirlo para leerlo.