Capítulo 5 (Nueva Versión)

124 26 6
                                    


Daryn sentía como si estuviera siendo inmolada desde adentro hacia afuera, y lo que más la sorprendía era que dicha sensación, que con total seguridad debería ser dolorosa y agónica..., por alguna razón, en su lugar se percibía... diferente. Un tanto similar a cuando subía de rango mágico y su capacidad para crear hechizos aumentaba, permitiéndole usar encantamientos de un calibre superior.

Como si un poder salvaje, crudo y sin refinar, comenzara a bombear por sus venas, mezclándose con su sangre.

¿Sería esto cosa del Dragón?

Aunque Daryn tenía afinidad mágica con el elemento fuego —lo cual era inaudito y completamente ajeno a la naturaleza de las Hadas Nocturnas, según su amiga Risawlie—, dicha afinidad no era más que la capacidad de usar con soltura hechizos de ese elemento en varios grados.

Pero esto...

Daryn sentía que se había hecho una con el fuego mismo, creciendo en su poder como si este fuera suyo para esgrimir, someter y controlar.

Era consciente de que cuando un ser dual reclamaba a su consorte, la marca de reclamación podía otorgarle bendiciones para ayudarle a ser más compatible con su pareja. Dependiendo del poder y la afinidad, dichas bendiciones variaban, pero todas tenían la finalidad de fortalecer el vínculo entre consortes, aun si uno de ellos no estaba afectado por el Destino.

Era razonable pensar que, siendo los Dragones la raza dual más poderosa existente, la dualidad original, como algunos los llamaban, marcarían a sus parejas de una manera diferente. Después de todo, Daryn tenía la certeza de que él no rompería su palabra y no la había desflorado en su inconsciencia.

Por muy bestia que fuera la criatura, seguía siendo el Guardián del Templo de una Diosa conocida por defender a víctimas de injusticias de toda clase.

Se removió incómoda, sintiendo como la bata de muselina se pegaba a su piel sudada, mientras que un escalofrío le sobrevenía, y es que, a pesar de estar ardiendo, al mismo tiempo sentía que estaba peleando con un frío terrible.

—Tu fiebre, más que calmarse, parece estar subiendo, pequeña cosita —escuchó la preocupada voz del Dragón casi en su oído. Abrió los ojos con dificultad y clavó su mirada en él, que estaba acostado a un suspiro de distancia, sin llegar a tocarla, pero tan cerca que podía sentir su respiración acariciando su piel.

Daryn asintió e hizo una mueca cuando, al abrir la boca, ningún sonido salió además del castañeteo de sus dientes.

La expresión del Dragón se oscureció.

—Voy a llevarte de nuevo a las aguas curativas y darte algún remedio para esa fiebre... tenemos casi toda hierba existente en la creación guardada en arcones de ofrendas —explicó él mientras se levantaba y la tomaba en brazos, ni siquiera tenía ánimo de protestar, aunque sea para mantener una mínima fachada de orgullo—. ¿Qué puedo darte que no sea tóxico para ti?

Respirando profundo, tranquilizó como pudo el castañeteo de sus dientes para responderle:

—H-hay medicina adecuada en el bolso de provisiones que traía... —logró decir antes de sentir que todas sus fuerzas la abandonaban en el instante en que él se sumergió con ella en el agua que, a pesar de que Daryn podía percibir el vapor y la humedad en el ambiente, todavía se sentía helada contra su piel.

Se aferró a los brazos del Dragón en reflejo, buscando salir del agua, pero él era más fuerte que ella y la mantuvo en su lugar.

—Tranquila cosita, pronto te sentirás mejor y velaré porque tu magia no vuelva a agotarse de semejante forma...

El Beso de la Reina Nocturna [Saga Dimensiones Mágicas #1] (Borrador Retirado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora