Soy Jeon Jungkook, Alfa y gran rey de las cuatro naciones, pero mi alma está inquieta. Han pasado más de cuatro años desde que alcancé la mayoría de edad, y sigo sin encontrar a mi Mate, la pareja destinada que parece siempre fuera de mi alcance. Ca...
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○ LARA POV ○
La sala estaba llena de murmullos emocionados y miradas expectantes. La ceremonia había llegado a su punto más solemne, y todas las miradas se posaban en Jungkook y Lara, quienes se encontraban juntos ante el Gran Anciano, ambos luciendo imponentes en sus trajes ceremoniales. La luz de las antorchas iluminaba sus rostros.
Aún con la incertidumbre de los eventos recientes, Lara trataba de mantener la compostura. Sabía que Nayeon y sus cómplices estaban cerca, esperando el momento perfecto para sabotear la ceremonia. Sin embargo, al ver a Jungkook mirándola con intensidad, una mezcla de seguridad y calidez se instaló en su pecho. Él, sin saberlo, era ahora más vulnerable que nunca, y ella sabía que no dejaría que nada le pasara. Winter, su espíritu lobo, permanecía alerta, murmurando advertencias y cálculos en el fondo de su mente.
—Como sabrán, he estado en busca de mi Mate durante los últimos cuatro años. Hoy están aquí para presenciar el momento en que oficialmente me uno a mi reina —anunció Jungkook, con su voz proyectándose a lo largo de la gran sala. Al decir estas palabras, sus ojos no se separaban de los míos, como si cada sílaba estuviera destinada solo para mí.
Con cada palabra, el público mantenía una expectativa solemne, y el Gran Anciano sostenía una piedra brillante, símbolo de la unión y del pacto sagrado entre Mate y Luna. La tradición requería que ambos ofrecieran una gota de su sangre en la piedra para sellar el vínculo de protección y amor eterno.
—Hoy, ante la presencia de nuestra Diosa Luna, ambos unirán sus destinos. Alfa y Luna, muestren su devoción y compromiso ante esta prueba de amor —dijo el anciano mayor, sosteniendo una aguja ceremonial que ofrecería la sangre de ambos a la piedra.
Jungkook extendió la mano sin vacilar, mostrando su determinación mientras ofrecía la gota de su sangre. Al ver esto, Lara hizo lo mismo, aunque su mente estaba alerta y su corazón latía con fuerza. Cuando la piedra absorbió ambas gotas, un resplandor intenso llenó la sala. Los ancianos y todos los presentes contuvieron el aliento; el brillo era tan fuerte que parecía que la misma diosa los bendecía desde lo alto. Era un fenómeno poco común, uno que confirmaba la fortaleza y pureza de su unión.
—Definitivamente están hechos el uno para el otro. La Diosa Luna ha hecho un gran trabajo al unir a estas almas. Es la primera vez en años que veo la piedra de sangre brillar de esta forma —anunció el Gran Anciano, su voz cargada de respeto—. Ahora, nuestro Alfa y Luna velarán por el bienestar de su pueblo. Oficialmente han quedado unidos para siempre.
El público estalló en vítores y aplausos, emocionados ante la unión de dos almas tan poderosas. Los amigos de Jungkook no podían contener su orgullo.
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