5- Ojos griseos

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Noto desde un principios, miradas sobre mi... miradas que en mi vida recordare en cualquier rincón... y solo hay una persona que hubiera pedido algo así... Molly.. esa loca.

   Agarro de la mano a Leticia y empiezo a correr lejos de su casa, ya que conozco muy bien su plan. Descubrir donde me oculto para así, meter en problemas a la familia de Leticia. No mientras siga vivo.

— ¡¿A donde me llevas?!— me pregunta agitada, y yo solo sigo corriendo, hasta hallar un callejón para escondernos.

   Le tapo la boca a Leticia, para que no hable, mientras nos escondemos pegándonos a la pared, y sentir como varios guardias y la científica Molly, me estan buscando con esos lentes que tanto odio. Solo para encontrarme.

Luego de un rato, diviso la cara molesta de Leticia, mirándome fijamente. Yo solo puedo soltar un suspiro porque tendré que explicarle todo...

— Me están buscando.... Y si saben que vivo contigo, no dudarán en hacerle la vida de cuadritos a tu familia, y escucha... es lo que menos quiero— le digo un poco apenado por la situación... ¡parezco una niña!

Ella solo se cruza de brazos y me mira con sus ojos llameantes— Así que ahora, debo huir porque una científica loca trata de perseguirte, ¿y tú me llevas arrastras contigo?

Yo solo me resigno a patear una roca que está al lado mío. Parezco un ridículo frente de ella... enserio que no se como ser un hombre...

— Lo tomaré como un si, silencioso. Camina— me escupe ella sin mirarme, mientras camina de nuevo a su casa, con pasos muy sonoros.

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Estoy acostado debajo de la cama de Leticia. No me ha hablado en toda la tarde... y aún que no hablamos mucho, siento como si fuera realmente invisible. Se que es culpa mía que este así... no quería decirle porque podría echarme de su casa en cualquier momento... y no tenía a donde ir.

Es muy tarde, ya que el sol no ha salido, y pienso que... ella estará durmiendo... pero no puedo evitar que mi pecho arda de culpabilidad cada vez que ella me ignora, así que me dispongo a levantarme de mi "cómoda" cama, y sentarme en la esquina de su cama.

Miro como sus cortos cabellos negros, caen por su placido rostro, mientras su respiración, mueve su pecho con lentitud. Esta agarrada a su almohada, como si dependiera de ello. Sus pestañas largas la hacen lucir hermosa... y sus labios finos.. de color fresa.

— Leticia...— la levanto de forma baja para que no se sobresalté, y empiezo a moverla con cuidado— Leticia... despierta un momento por favor.

Ella empieza a moverse y unos hermosos ojos azules gríseos aparecen... convirtiéndola en un ángel completamente... mirándome de forma extraña, pero que hace que mis pulsaciones empiecen a moverse en mi pecho frenéticamente, y mis manos empezarán a sudar...

— ¿Denis?... ¿que haces despierto a esta hora?— aún adormilada se veía radiante.

— Solo quería pedirte que... perdóname Leticia... no fue mi intención involucrarte en mi locura y menos a tu familia... así que si quieres que me vaya... me iré, no te preocupes por mi... yo veré que hacer...— le digo eso tan rápido que ella me mira con una mueca sin entender nada, que hace que una sonrisa se muestre en mis labios.

No digo nada hasta que siento unas manos pequeñas tocar mis mejillas y acercarme a su rostro... viendo cada detalle de esa pequeña cara... que por extraño que parezca, hace que mis manos suden y me hacen evitar parpadear para no perderme cada detalle... sus lunares en cada mejilla y sus ojos observándome aún adormilados...

— Denis... no te preocupes por mi. Yo prometí ayudarte, y lo haré. Es mucho mejor tener una aventura que estar en mi casa con mi familia 24/7 lo digo enserio. Me caes bien, así que déjate de tonterías y vete a dormir— con esas últimas palabras me aleja de ese bello rostro... y sus manos tocar mi piel desaparecen como una nube.

Ella se vuelve a acurrucar y yo el menos anonado... no deje de verla por un rato hasta que mi cerebro reaccionó, y me volví a meter debajo, de ahora cómoda cama en la que estaba... olvidándome de todo, y solo enfocar mis pensamientos en ese hermoso momento...

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Me levante de muy buen humor... y como Leticia no tenía clases hoy, decidí bajar a la cocina a tratar de hacerle la comida...

No me considero un experto... pero he leído muchos libros de recete, y quiero intentar hacer algo especial para Leticia... un regalo de agradecimiento.

1 hora después de haber destruido la cocina...

Buenos días, pequeño retoño— le digo en tono burlón mientras sostengo la bandeja donde le había echo los panqueques.

Ella se levanta de mala gana, pero aún así no oculta lo bonita que puede ser. Y aún que no sea un chef... se que no quedaron tan mal.

— No me digas retoño D6– espeta con molestia, hasta que su mirada se posa en el plató que le hice, y me mira con una sonrisa en su rostro..— ¿lo hiciste tú?

— ¿Dudas de que yo lo hice? Pequeña ilusa, claro que lo hice yo. Especialmente para ti— le digo con mi mejor sonrisa... pero me da tristeza cuando recuerdo que ella no puede verla...

— No debías molestarte. Pero gracias... son mis favoritas— y ahí me doy cuenta de algo.

— ¡¿Ya las habías probado?!

— Claro tontito... si no, no me las comería— hago un sonido, que me hace resaltar como indignado, y ella solo se ríe y me mira tiernamente— gracias.

— De nada..

— Dime ¿que no dejasteis un desastre en la cocina? Porque aquí mismo te mato— me rio para no llorar.

— Emm... solo un poco...— miento porque ni yo mismo se que revoltijo hice— ahora vengo.

— Más te vale Denis 6– me dice ella antes de rodar los ojos.

Pero para mi mala suerte... me encuentro con los padres de Leticia, ver cómo la cocina está echa una cochinera. Y mirando a todos lados, buscando a algo o... alguien a quien culpar.

— ¡¿Quien hizo esto?!

Gotas invisibles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora