ENTRE AMORES Y CAFÉ

Células

Hoy leí un artículo sobre una de las recientes investigaciones en el mundo de la medicina, descubrieron que no solo el cerebro resguarda los recuerdos, sino que también algunas otras células del cuerpo lo hacen. Esa premisa captó mi interés, seguro te suena extraño pues no soy un profesional del mundo médico o científico, sin embargo, mi lado empírico sospecha algo respecto al tema. 

 Después de esa lectura en mi mente surgió la siguiente duda: ¿Que células de mi cuerpo guardarán nuestros recuerdos? 

De primer momento y con lo básico sobre el tema me respondí: Obviamente las neuronas... pero no me quedé conforme y comencé a investigar más sobre cómo funciona el hipocampo. Descubrí que existen unas células que trabajan tras bambalinas a las que no se les había prestado la suficiente atención pero que tienen una función vital al reconocer personas, lugares y sucesos pasados, son nombradas astrocitos y se encargan de generar el entorno adecuado para que las neuronas hagan lo propio. Eso me hizo considerar que cada que pienso en ti y te recuerdo son mis astrocitos quienes parece que juegan a tu favor. 

 Entender eso solo me generó más curiosidad, puesto que quise darle a lo que siento por ti y lo que me pasa contigo una explicación científica y así fue que me enteré de que te amo tanto porque nuestros recuerdos no solo se almacenaron en los astrocitos, también lo hicieron en mis cardiomicitos. Imagina mi sorpresa al saber que tus recuerdos forman las paredes de mi corazón y bombean la sangre a través de los ventrículos. Ahí entendí porque no pude amar a nadie más.  

Caí en cuenta que aun sin estar a mi lado encontraste la forma de invadir mi cuerpo, llegando a los fotorreceptores de mis ojos y haciendo que cada que veo algo lo conecte con un recuerdo nuestro. Pero lo que me pareció excesivo fue saber que tus recuerdos tomaron poder de mis células epiteliales, ahí tuvo lógica porque ningunas caricias se sienten como las tuyas, pero sobre todo porque cuando me tocas se activan tantas sensaciones.  

En este punto de mi investigación pude concluir que no puedo considerarla una invasión, sino reafirmarla como una decisión, pues, en mi intento de no olvidarte saturé mi memoria a largo plazo y mi cuerpo aun debía asegurarse de funcionar correctamente así que mi ser y yo tomamos la decisión más sabia:  tatuarnos con tu amor cada una de mis células.