En lo que fue la vuelta al Santuario, le pareció que el griego estaba mucho más callado que de costumbre. Acostumbrado al silencio y para nada incómodo con él, había elegido respetarlo. Probablemente Milo se encontrara cansado por el gran esfuerzo que había tenido que hacer para sacarlo del otro lado de aquel portal.
Pensar en ello lograba arrastrarlo nuevamente al hotel. Intentaba que su mente dejara atrás la misión, al igual que lo había hecho siempre con todas las demás en el pasado, pero esta vez no le salía. El hecho de que fuera él a quien el espejo había elegido y no a Milo, llenaba su cabeza de mil hipótesis y ninguna certeza. Esa era la única duda que tenía. Ni siquiera lo que sintió del otro lado del portal le importaba ya. Entendía a qué se debía. Pero, ¿por qué? ¿Por qué él? Allí había algo que no cuadraba. Faltaba una pieza en el rompecabezas y no se detendría hasta encontrarla.
No le sorprendió que en el reciento del patriarca el escorpiano le dejara relatar casi en su totalidad el transcurso y desenlace de su travesía. Después de todo, el más involucrado había sido él. Por supuesto, eso sí, le dio todo el crédito a su compañero por el éxito que habían tenido. Ante aquella decisión el griego no había sino negado haber sido el responsable pero él había insistido. Tal vez Milo no lo comprendiera aún y quizás nunca lo hiciera, pero la realidad es que no mentía.
•
Descendieron los peldaños hacia Acuario sin apuro alguno y conversando sobre temas totalmente ajenos a lo que habían compartido en esos días. Bastante evidente era que ninguno de los dos deseaba tocarlo, pero ambos ignorando la razón por la que el otro no quería hacerlo.
Ante el patriarca, Camus había tomado la iniciativa de relatar lo ocurrido y él así lo había preferido. De hacerlo él hubiese tenido que mentir nuevamente y no deseaba tener que hacerlo. Inteligente, el francés había evitado contar los pormenores de la misión, atribuyendo la victoria obtenida únicamente a que él había ido en su búsqueda luego de que hubiese terminado el tiempo que habían pactado de antemano. Él sabía que eso no era cierto y Camus.. Bueno, eso él no lo sabía.
Llegaron al onceavo templo más rápido de lo que le habría gustado. Por dentro había rogado acabar de una buena vez aquella misión, pero ahora que había llegado a su fin caía en la cuenta de lo que eso significaba.
- ¿Te quedarás unos días más en el Santuario? - preguntó con la esperanza de tener un poco más de tiempo que compartir, aunque en el fondo supiera lo improbable que era esa posibilidad.
- No lo creo - confirmó el acuariano, dándole la razón. - Es muy probable que parta hoy mismo.
- Claro.. - murmuró decepcionado, para al instante sentirse un idiota por guardar absurdas esperanzas. Camus no retrasaría su regreso a Siberia por nadie que no fuera exclusivamente el patriarca.
- Ve a descansar, Milo - le dijo. - Han sido días muy pesados para ti.
Sintiéndose sutilmente invitado a partir, no le quedó más opción que despedirse. Le habría gustado quedarse con él un poco más, esa era la verdad, pero no fue lo que ocurrió. Deseó buen viaje a su compañero, negó nuevamente las gracias que este le dio por la ayudada brindada y abandonó su templo con rapidez. Cuando por la noche pasó por su casa, eligió adrede no salir. Estaba demasiado sensible por todo lo que había pasado y entendía que cualquier respuesta fría de parte del francés (cosa bastante común, por cierto) la tomaría personal. Camus no había cambiado nada en aquellos días, era él quién, gracias a la nueva información que tenía, lo veía de otra forma.
Intentaba adivinar si aquel pasado continuaría o no atormentandolo, pues si aún lo hacía, era un experto refutándolo. Jamás en todo aquel tiempo lo había sentido débil o martirizado. La energía que desprendía era como él: dura, fría y tajante. Si eso era un mecanismo de defensa o realmente quien era, eso él no lo sabía. Por muy bien que ahora se llevaran no podía asegurar conocerlo tanto, pues su relación, aunque muy buena, era aún precoz y lejos estaba de ser consideraba una amistad. Al menos para Camus así debía ser, pues nunca se había tomado la libertad de confiar plenamente en él.
ESTÁS LEYENDO
El hotel (MiloxCamus)
FanficAlgo extraño está pasando en el continente americano, razón por la cual dos caballeros de oro serán enviados hasta allí a resolver el caso. Sin saber lo que les espera, esta experiencia acabará siendo una pieza fundamental en su relación. Esta hist...