ᥫ᭡. 𝘀𝘂𝗻𝗴𝗷𝗮𝗸𝗲 ᵎ
⋆.˚🦋༘⋆ ❝Atado por la ley y la cultura, hizo lo único que pudo para salvarlo: tomarlo como esclavo.
Pero los misteriosos ojos oscuros del romano no son los únicos que guardan secretos. Atrapado entre dos lealtades...
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𝐉𝐚𝐤𝐞
El sol acababa de escapar del horizonte cuando los bárbaros montaron esa mañana. Por una vez, Jake se alegró de estar en movimiento. Cualquier cosa para ayudar a calentar sus miembros temblorosos. El camino que siguieron el día anterior se terminó poco después de que abandonaron el campamento, y desviaron sus caballos por un camino de tierra, yendo aún más al norte.
Jake caminó con dificultad detrás del caballo de Sunghoon, moviendo los dedos para tratar de recuperar la sensibilidad. Temblaba de pies a cabeza, pero podía moverse sin problemas y sus extremidades aún tenían el color correcto. El otro romano parecía que podía caer muerto en cualquier momento. Su rostro estaba pálido, y su cuerpo parecía haber dejado de temblar por el frío. De alguna manera, continuó siguiéndolo, pero tropezaba con frecuencia, se mantuvo en pie solo por suerte.
Sunghoon les había permitido conservar sus cobijas, incluso después de que Slagfid le dio una palmada en el hombro y le dijo que era demasiado suave. Jake se alegró por la pequeña amabilidad, aunque solo fuera para proteger su propiedad. El aire no comenzó a calentarse hasta que el sol atravesó las copas de los árboles, e incluso entonces, la nieve solo se derritió en los lugares donde la luz podía alcanzar. Tomó casi toda la mañana para que cesaran los temblores en sus extremidades, pero el camino era lo suficientemente ancho para que el sol tocara su piel, y comenzó a sentirse mejor.
Pero mientras Jake se recuperaba, la cara del romano nunca se sonrojó. Las puntas de sus dedos se habían vuelto de un gris enfermizo y, a medida que avanzaba el día, comenzó a toser. En el momento en que la noche descendió una vez más, había un ligero silbido en cada respiración.
Cuando Sunghoon lo ató por tercera noche, Jake preguntó: — ¿Cuánto falta para que lleguemos a tu aldea?
Sunghoon tiró del último nudo con fuerza.
— Mañana.
— No sé si lo logrará.
Sunghoon hizo una mueca, sin molestarse en preguntar de quién estaba hablando: — No. Él morirá.
Jake miró al suelo y Sunghoon miró a lo lejos. Hubo un largo momento de silencio entre ellos, y luego Sunghoon se alejó para sentarse junto al fuego. Jake no sabía por qué la vida de este romano en particular era importante para él. Había visto morir a miles de ellos el día anterior, pero esto se sentía diferente. Tal vez fue que estaban en posiciones similares, ambos indefensos y en manos del enemigo. Tal vez simplemente no quería estar solo. El pensamiento lo tomó por sorpresa. Siempre había estado solo. Incluso cuando había estado en el corazón de Roma cuando era niño, nunca había sido realmente parte de ella.
¿Cómo era esto diferente?
Hacía más calor esa noche, aunque sólo un poco. Todavía caía nieve ligera, pero no se pegaba al suelo y la tierra estaba seca bajo sus pies. El otro romano tosió durante la noche. Era un sonido débil y desesperado. Si hubiera tenido las manos libres, Jake se habría tapado los oídos para bloquearlo. Durmió un poco, pero dio vueltas y vueltas, despertando con visiones de los muertos poco después de cerrar los ojos.