𝟎𝟏𝟓

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El verano había llegado, y en el aire parecía flotar una ligereza extraña, como si algo invisible comenzara a desenredarse

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El verano había llegado, y en el aire parecía flotar una ligereza extraña, como si algo invisible comenzara a desenredarse.
Cody sentía que había algo en Garrett que nunca había notado.

Por las noches permanecía a su lado, abrazándola mientras Manhattan seguía su frenético ritmo a través de la ventana.
Y, sin embargo, algo extraño surgía en su mirada, en la forma en que se mantenía tan sereno, tan perfecto. Había algo que la hacía dudar.

Era ese brillo en sus ojos, un destello extraño que no encajaba con lo humano, que se intensificaba en esos pequeños momentos, cuando todo parecía estar en silencio.
Algo en su presencia la envolvía, y no podía escapar de la sensación de estar siendo arrastrada hacia un misterio que no podía resolver.

Cody estaba sentada junto a la ventana, su mirada perdida en las luces vibrantes de la ciudad, cuando percibió su presencia.
Un escalofrío recorrió su espalda cuando el pelinegro entró a la habitación, sin hacer ruido.

—Tardaste.— murmuró, abrazando sus rodillas. 

Garrett no contestó; simplemente se acercó a ella, y cuando su figura se reveló bajo la tenue luz que entraba desde fuera, Cody perdió el aliento. Él estaba sin camisa, y su torso desnudo se iluminaba con un matiz casi espectral. Su piel blanquísima reflejaba un brillo frío, casi irreal, que le daba un aire antiguo y fascinante, como si fuese una estatua cobrando vida.

—¿Estás bien?— preguntó, inclinándose levemente hacia ella. El contacto de su piel fría sobre su hombro hizo que un estremecimiento la recorriera por completo, y su corazón comenzó a latir más fuerte.

Los ojos de Cody, hipnotizados, empezaron a recorrer cada ángulo de su rostro: La perfección de sus rasgos, tan afilados y definidos, que contrastaba con la suavidad de su mirada. Una mirada que escondía más de lo que revelaba.

—Lo estoy.

El pelinegro extendió una mano y la posó suavemente sobre su mejilla.
Sus dedos recorrieron su rostro con delicadeza, como si exploraran un terreno frágil, y cada roce despertó en ella una mezcla embriagante de calma y deseo.

Incapaz de resistirse, Cody cerró los ojos mientras él se inclinaba aún más cerca, sus labios rozando apenas los suyos.
Su fragancia la rodeó, y todo pensamiento racional se desvaneció.

La delicadeza de sus manos la sorprendía siempre, como si la tocara con una cautela extrema, como si temiera romperla. Su contacto era tan cuidadoso, tan calculado y atento. Las manos de Garrett se deslizaron por su cuello y, en un impulso, Cody posó los dedos en su pecho, buscando el calor que debería emanar de él, algún indicio de humanidad. Pero solo halló esa frialdad inexplicable, una piel tersa y lisa.

Garrett la observó en silencio, dejando que sus manos exploraran cada ángulo de él, desde el contorno de su mandíbula a los bordes de sus labios. El aire entre ellos estaba cargado de una tensión palpable, y el misterio que él representaba la atraía aún más, como una promesa peligrosa a la que no podía renunciar.

LET'S GET LOST  ❪  GARRETT  ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora