Fuera de mi vista

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Habían pasado varios días desde el primer día de clases. Me mantenía bastante callada en los salones y mientras tanto todos me observaban como si fuera la novedad más rara del mundo. Todo el tiempo me sentía vigilada por todos. La mayoría de las chicas se la pasaban cuchicheando unas con otras, lo cual me hacia sentir bastante incómoda. Los chicos ni se diga, eran peores. Todos eran muy burlones, y les fascinaba tratar mal a las chicas que ellos consideraban feas. Claro, en una clase de gente popular, no podía esperarse menos. Un día estando en clase, se me acercó un chico. El año anterior, estando yo en el otro salón lo había visto. Pero nunca había hablado con él ni mucho menos sabía su nombre. Volviendo al tema, sí, se me acercó ese chico. Un chico de piel morena como el chocolate, brazos fuertes y voz gruesa.

"¿Por qué eres como la Mona Lisa?"-dijo
"No sé a que te refieres"- contesté.
"En ocasiones estás muy seria y solo sonríes muy poco"- dijo él.
" Así soy"- contesté. Hablamos muy poco. Su nombre era Joseph. Al pasar varios días más, note que Joseph me hablaba. Increíble pero cierto, la chica boba de la clase logró contacto social con alguien por primera vez en su vida. Joseph era muy amable, pero a decir verdad no me caía bien. Yo estaba totalmente segura de que él resultaría al fin y al cabo siendo un burlón y un creído como los demás chicos de la clase. Por tal razón, quería evitar a toda costa una amistad con él. Pero al parecer el no entendía eso. Ni siquiera eramos amigos, ya que yo evitaba prestarle atención. Pero aún así, él se me acercaba y trataba de comenzar una conversación conmigo. Pasaron dos o tres días y su comportamiento de interés hacia mi incrementaba más. Estoy totalmente segura que él sentía pena de que fuera una chica demasiado ingenua y sin muchos amigos, por eso me hablaba. Tal vez él quería sentir que le hacia un favor a alguien, en este caso a mí. Un día, nuestra maestra de inglés nos asignó una tarea que trataba de llevar a clases la letra de una canción y lo que la misma significaba para nosotros. Yo escogí una canción que para mí significaba muchísimo, era una canción que me daba fuerza y ánimos en mis momentos difíciles. El día de entregar la tarea había llegado y resulto ser que tendríamos que pararnos en frente de toda la clase y cantar la canción, para luego decir lo que significaba para nosotros. Fueron pocos los que cantaron y yo fui una de las valientes. Mi turno había llegado, me paré en frente de todos y comenzé a cantar. La clase entera se paralizó, y muchos me dijeron que cantaba súper. Estando allí, noté que Joseph me miraba raramente. Al culminar mi presentación me senté. En ese momento Joseph se me acercó. "Wow, no sabía que cantabas tan hermoso"- dijo asombrado. "De hecho, no lo hago"-respondí. "Claro que sí, tienes una voz asombrosa, tanto así que los vellos de mis brazos se alborotaron. Joseph me parecía un chico con un gran sentido del humor. Era el típico moreno que siempre logra hacer reír. Pero repito, aún así no me caía bien. No deseaba tenerlo cerca de mí, pero él nunca lo entendía. Muchos pensaban que yo era una chica racista por el simple hecho de no quererlo cerca de mi vista. El problema no era su color de piel, sino su comportamiento que tanto me incomodaba.

Me enamoré sin quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora