En todas partes

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Cada vez más Joseph se la pasaba cerca de mí, era como si yo fuera indispensable para él. Yo era su imán. Donde estaba yo, ahí estaba él. Su pasatiempo era halagarme y mirarme todo el tiempo. Nunca me quitaba la vista de encima. A veces eso me hacia sentir intimidada, bastante incómoda. En ocasiones eso  me hacía pensar en grandes locuras para no tenerlo cerca de mí como: mudarme de país, irme a la luna a vivir, cambiarme de escuela, ser invisible. Sí, lo sé. Estoy loca, pero de alguna manera u otra tendré que alejarlo de mí.

Me enamoré sin quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora