Al fin había llegado el tan anhelado día de navidad, ya tenía todos decorado pero aún faltan pequeños detalles para la cena.
Toda la manada estaba invitada a venir a nuestro hogar a cenar y posteriormente a abrir regalos, y si, decía nuestro hogar, pues me había mudado junto a Paul hacia un año.
El sonido del horno me sacó de mis pensamientos, había preparado unas galletas de muñeco de jenjibre, solo quedaba glasearlas.
- Paul cariño, ven a ayudarme a decorar las galletas - llamé mientras colocaba las galletas en una bandeja fría.
Mi lobo salió del salón, tenía puesto una película que habíamos elegido anteriormente.
- aquí estoy - Paul apareció abrazándome por la cintura delicadamente, una sonrisa se pintó en mis labios inconscientemente.
- bien, hay que hacerles sonrisas.
Juntos fuimos decorando todas las galletas, para la manada tenía que ser una cantidad inhumana.
- siento que falta algo por decorar - dije mientras terminaba de colocar todo en la mesa donde se haría la comida.
- creo que se lo que es - afirmó Paul, lo mire interrogante y el sonrió de par en par, giro su cabeza mirando un punto en concreto de la casa, al seguirle la mirada mis dudas se aclararon, faltaba el muerdago.
- que torpes, se nos olvidó lo más importante - reí mientras Paul lo buscaba como loco.
Una vez lo encontramos lo colocamos en la puerta de entrada, quedaba precioso, mientras lo admiraba sentí una mirada profunda de mi chico sobre mi, al posar los ojos en el Paul me atrajo hacia si mismo, impactando sus labios con los mios en un dulce beso debajo del muérdago, era todo tan de ensueño que no me lo podía creer.
- es hora de poner los regalos bajo el árbol - comenté separándome de sus labios, pero no de sus brazos fornidos.
- eso está hecho.
Juntos fuimos organizando todos los regalos bajo el enorme abeto de navidad, decorado en exceso, porque nunca es suficiente si se trata de la navidad.
Mi sueño estas navidades era ir con mi chico de vacaciones a París, pero sabía que por culpa de la manada eso no podía pasar, rápidamente disipe esa idea triste y corrí a los brazos de Paul cuando el timbre sonó, ya habían llegado.
Me dirigí a abrir la puerta con un Paul sonriente detrás de mí, estaba tan feliz de hacerlo sonreír.
- fuera fuera, quiero comida - Embry se tiró hacia nuestra casa literalmente, detrás venía Quil con las mismas ganas de devorar.
- ni se os ocurra - Paul advirtió cuando estos tenían intención de probar la comida.
- hola cielo - Emily me abrazó fuertemente - traje algunas magdalenas porque ya sabes, nunca es suficiente - reímos juntas mientras la ayudaba a colocar en la mesa los muffings gigantes.
También entraron Jake, Sam, Seth, Leah, Jared y también Kim.
Una vez todos en la mesa nos dispusimos a comer con una charla animada, a mí lado se encontraba Paul quien bajó la mesa no paraba de acariciar mi muslo en señal de afecto.
- es hora de abrir los regalos - Seth fue el primero en levantarse después de haber comido el postre, me sorprendía que teniendo solamente un año menos que yo era un auténtico niño.
- allá vamos - dije levantándome de mi asiento acercándome al árbol.
Mi regalo para Paul era un cuadro de una foto enmarcada del día que nos habíamos conocido, Embry había sido quien nos la hizo. Además de unas cuantas prendas de ropa, después de todo si ropa estaba hecha trizas de tantas veces que se transformaba por enfados.
Todos comenzaron a abrir sus regalos y yo me sorprendí al solamente ver una tarjeta para mí, aunque para nada me sentí mal.
- ábrela - ordenó Paul con las manos en su espalda, señal de que estaba nervioso.
Lo miré sonriente mientras abría la tarjeta con un reno en la portada.
Se cuanto anhelas ir de vacaciones a París, pude convencer a Sam con ayuda de Emily a que me dejase una semana libre para así poder ir... Así que... ¿Te gustaría venir conmigo a París?
Debajo del texto había dos tickets, ya estaba todo listo....
Lágrimas brotaron de mis ojos y corrí hacia mi lobo con el corazón a flor de piel, sin duda era el mejor regalo del mundo.
- gracias Paul, no sabes la suerte que tengo de tenerte, eres lo mejor que me ha podido pasar - lo miré con los ojos llorando como ríos.
- yo soy quien tiene suerte - seco mis lágrimas y estampó sus labios contra los mios en un suave y tierno beso.
Todos miraban la escena enternecidos, por primera vez nadie hizo ninguna broma, la navidad era momento de disfrutar y estar sentimentales.
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Al fin estábamos en Paris, ya era casi de noche y nos encontrábamos esperando que la torre Eiffel encendiera sus luces, estaba ansiosa que no miré hacia atrás en ningún momento, solo miraba fascinada la enorme torre ante mi.
En unos dos minutos ya se había encendido, feliz a más no poder me gire para comprobar que Paul también la estaba observando, pero cuando me gire me encontré con un Paul arrodillado ante mi, sujetando un anillo entre sus manos.
Mis lágrimas no tardaron en llegar, sin creerme que esto estuviera pasando de verdad.
- eres la mujer de mi vida, quiero que sepas que pienso compartir contigo cada minuto de mi vida, quiero estar contigo en lo bueno, en lo malo, en lo peor y en lo mejor, eres quien da sentido a mi vida, quien me conoce más que yo mismo y quien le da brillo a mis ojos, porque me gusta estar solo, pero prefiero estar en una soledad en tu compañía, no me podría imaginar un segundo sin tí.... ¿Te gustaría casarte conmigo?
Me abalancé hacia el asintiendo frenéticamente, lágrimas escurrían por toda mi cara.
- si si si y si - acerqué mis labios a los suyos en un desesperado beso.
Todos a nuestro al rededor sonreían y aplaudían en son de celebración.
- quiero que sepas que me has hecho el hombre más feliz del mundo - Paul puso el anillo en mi dedo, lo miré con adoración, al fin sería esposa del chico de quien me enamoré perdidamente.
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Preferencias e imaginas crepúsculo (edición wolf pack)
Hombres LoboNo vi ninguna historia así, y como me encantan los quileutes pues me decidí por hacer ese libro ❤️ Hay imaginas y preferencias sobre Seth, Jared, Paul, Sam, Embry, Jacob y Quil.