Reunion familia (2/2)

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Lemy estaba sentado en el escalón del patio, perdido en sus pensamientos. Las palabras que había escuchado de sus tíos retumbaban en su cabeza, llenándolo de una mezcla de confusión, sorpresa y cierta incomodidad. Nunca habría imaginado que su familia tuviera secretos tan profundos, tan... inusuales. Sentía que de alguna manera acababa de descubrir una parte oculta de su propia historia familiar que le costaba procesar.

De pronto, Lacy se sentó a su lado, lo cual lo hizo volver a la realidad. Él notó que, por una vez, ella no mostraba su sonrisa despreocupada y segura, sino que lo miraba con una expresión seria. Había un brillo en sus ojos, una especie de entendimiento que lo tomó desprevenido.

—Supongo que ya te enteraste de que mis papás son hermanos, ¿verdad? —dijo Lacy en un tono sereno, aunque no carente de cierta amargura.

Lemy, al escucharla, se quedó congelado. Su primer instinto fue negar rápidamente, aunque el nerviosismo en su voz lo traicionó.

—¿Qué? Yo... no, no escuché nada... bueno, no mucho, al menos. —La respuesta salió de su boca con torpeza, tratando de ocultar lo evidente.

Sin embargo, Lacy solo soltó una pequeña risa, una risa llena de resignación y entendimiento.

—Descuida, Lemy. Sabía que tarde o temprano te ibas a enterar... como yo me enteré de que, además de mis papás, tengo una familia más grande de la que jamás pensé. —Hizo una pausa y bajó la vista, como si estuviera midiendo sus palabras—. La verdad, he aprendido a vivir con ello. Fue un impacto al principio, claro... enterarte de que eres el resultado de algo que para muchos es "incorrecto". Pero luego piensas... bueno, mis papás se aman y nos criaron con todo el cariño que pudieron. Tal vez eso es lo único que importa.

Lemy sintió un nudo en la garganta al escucharla. No podía evitar sentirse mal por ella, pero al mismo tiempo, admiraba su forma de afrontarlo. Era como si Lacy hubiera pasado mucho tiempo procesando y aceptando esta realidad, algo que él apenas estaba empezando a asimilar.

—Debe haber sido muy difícil para ti... —murmuró Lemy, sin saber realmente qué decir. Sus palabras eran sinceras, pero también sentía que eran insuficientes.

Lacy asintió, mirando al horizonte, observando cómo sus primos jugaban en el patio, sin preocupaciones, ajenos a la conversación que ellos estaban teniendo.

—Al principio lo fue, pero después me di cuenta de que la vida de mis papás ha estado llena de gente juzgándolos... —dijo, con un tono que denotaba una profunda madurez en su voz—. Solo los que saben... lo que me contaron, todos en este pueblo lo saben, mirándolos mal... tal vez por eso siempre nos enseñaron a ser fuertes, a no depender de la aprobación de nadie. ¿Sabes? Aprendí a valorar a las personas por lo que realmente son, no por las ideas que la gente tiene sobre ellas... aunque algunos piensen que soy un monstruo...

Lemy la miraba, un poco sorprendido por la sinceridad con la que Lacy hablaba. La frase "algunos piensan que soy un monstruo" resonó en él, como si esas palabras las hubiera dicho con una mezcla de resignación y dolor. Pero lo que más lo impactó fue lo que Lacy había mencionado acerca de cómo había aprendido a valorar a las personas por su verdadera esencia. Era un concepto que, aunque Lemy había oído muchas veces antes, nunca lo había escuchado de alguien tan cercano y sincero como ella.

En un impulso, Lemy decidió hablar, intentando consolarla y, al mismo tiempo, quitándole algo de peso a sus palabras. Miró a Lacy con sinceridad, un poco nervioso por la sinceridad de su propio comentario, pero aún así decidido a expresarlo.

—Oye, tú no eres un monstruo... —dijo, con voz firme pero cálida—. Tú eres muy hermosa, Lacy. Eres muy optimista, eres alguien muy habilidosa... He visto los videos en los que sales, eres increíble en lo que haces. Eres alguien excepcional.

Es Todo Lo Que QuieroWhere stories live. Discover now